Derrota dolorosa en el primer envite de cuartos

Ni el escenario ni la competición -cuartos de final de la Euroliga- amedrentaron a Laso, que puso en su cinco inicial a Vukcevic , al que se le notaron los 18 años en ese inicio de partido. Aun así, dominó el Madrid, dirigido con acierto por Laprovittola . El argentino ha mutado desde que se hicieron públicos los fichajes de Heurtel y Henry. Como si quisiera exhibirse en un escaparate a la espera de ofertas. Es un Laprovittola sin complejos, certero en el tiro y muy inteligente en la dirección. Por ahí creció la ventaja del Madrid, que obligó a Ataman a pedir un tiempo muerto prematuro para frenar la sangría (0-8, min. 3).

Al técnico le bastó una mirada para cambiar el panorama. Puso en pista a Larkin y el choque se equilibró. Es lo que tiene contar con un banquillo repleto de talento, en el que cualquiera puede dar la vuelta a la situación. En el que no hay talento bisoño . Es presente puro este Efes, aspirante a todo en la Euroliga.

Quizá por eso tuvo más valor la primera parte del Madrid, descabezado a lo largo de la temporada, a cuyo desenlace ha llegado sin tres de sus referentes ( Campazzo y Deck, en la NBA, y Randolph, lesionado ). Mantuvo el tipo el equipo blanco por orgullo, asentado en ese Laprovittola sólido y en un Tavares gigante en la zona. También ayudó el acierto en el perímetro, que se fue luego diluyendo al mismo tiempo que crecía la intensidad defensiva de su rival.

La distancia del Madrid la enjugó poco a poco el Efes, con Sanli sacando los colores a Vukcevic -aprenderá con la derrota- y con Beaubois exhibiendo su calidad. El francés (19 puntos), uno de esos secundarios de lujo que tiene a sus órdenes Ataman, se convirtió en una pesadilla para el equipo de Laso a lo largo del choque.

Las pérdidas comenzaron a multiplicarse en el Madrid, mientras Larkin y Micic domaban la resistencia blanca (31-24, min. 15). La entrada de Thompkins (13 puntos) revitalizó un poco a los visitantes, que llegaron al descanso con vida, aunque dando la sensación de haberse exprimido para conseguirlo (44-40).

Esos cuatro puntos se convirtieron en quince muy rápido tras el paso por los vestuarios. A la puntería exterior de los turcos, se unió la sequía blanca y eso fabricó un parcial de 14-3 que puso ya muy cuesta arriba el encuentro para el Madrid (58-43, min. 27). Hasta ese momento, el equipo de Laso solo había sido capaz de anotar una canasta (Tavares), evidenciando falta de ideas, ahogado por una defensa magnífica de los turcos.

La diferencia no dejó de crecer, pues solo los chispazos de Thompkins mantenían algo de tensión en los blancos, que bajaron los brazos como pocas veces antes. Mala señal para afrontar el jueves el segundo envite de la eliminatoria , que comienza torcida para el conjunto blanco, obligado a ganar en Turquía al menos un partido si quiere estar en la Final Four de Colonia.