El Real Madrid, fundido a negro

Había dicho Molin que tenían que cambiar muchas cosas para que su equipo le diera la vuelta a la serie y pero la metamorfosis blanca apenas se notó. Mucho más centrado que en los dos anteriores encuentros, el Madrid salió dispuesto a no dejar escapar al Bilbao en el marcador. Apoyado en el acierto de Tomic –autor de 7 de los primeros 9 puntos del Madrid-, los blancos mandaban en el marcador , ante la inesperada falta de puntería vasca.

La intensidad de la grada devolvió el pulso a los de Katsikaris, que poco a poco fueron entrando en el partido. Desatinados desde el perímetro, el Bilbao cimentó su artillería ofensiva en el corazón. El de Hervelle y Mumbrú , los dos ex jugadores del Real Madrid, cuyo compromiso con la camiseta negra es inversamente proporcional al que relucía en el bando rival. La fe de los dos propició multitud de canastas para el Bilbao Basket , que acabó dominando el rebote y eso, para el Real Madrid, suele ser sinónimo de derrota.

Sorprendió Molin poniendo en pista a Begic a las primeras de cambio, dejando a Mirotic en un segundo plano y señalándole con el dedo por la derrota del martes. El esloveno no se enteró (lógico a estas alturas de la película) y eso lo notó el Madrid, que perdió la poca ventaja que había amasado hasta entonces.

El choque navegó igualado hasta el final. Con un solo triple anotado hasta el minuto 32, la inspiración le llegó a los vascos de golpe, con dos lanzamientos de 6,70 consecutivos de Blums y Mumbrú, que empató el marcador a 64. Tomic, que se había apagado con la misma facilidad de siempre, volvió a resurgir para dar esperanza a su equipo (66-70), pero un parcial de 14-2 ejecutó a los blancos.

En esos dos últimos minutos, la velocidad de Jackson (17 puntos) jugó un papel muy importante, pero fue Hervelle, con un canastón a aro pasado, el que ponía 4 arriba a los vascos (76-72) y ejercía de verdugo blanco . Era el momento de la verdad. Quedaba medio minuto y Molin le dio la responsabilidad a… Tucker. El americano, tres puntos hasta el momento, se tiró un triple que no tocó ni aro. El resto es historia. La del Bilbao Basket, que disputará su primera final de la ACB de forma merecida. El Madrid ya ha plegado el chiringuito. Está cerrado por reformas hasta el año que viene.