Brillante en casa, un desastre fuera

Necesitan los de Diego Pablo Simeone estos seis puntos para seguir la estela de los gallos de la Liga, y suerte tienen de que ambos encuentros sean en casa. Porque la imagen del club rojiblanco a domicilio es la cara opuesta y tenebrosa de su óptima versión como local. Suma cuatro derrotas como visitante en la competición, y, en todas ellas, la imagen del Atlético quedó en evidencia. El primer golpe de la temporada aconteció en Mestalla, en septiembre, donde el joven Valencia pasó por encima de un Atlético tan frágil como irreconocible. Aquella derrota por tres goles a cero, tachada recientemente por Simeone como la peor del curso, pareció un simple bache, un anecdótico mal día, después del empate en Roma ante la Lazio, las victorias en Vigo y Pamplona, y el 2-2 de Celtic Park. Sin embargo, a excepción de su holgado triunfo en Róterdam, en las tres salidas siguientes en la Liga, el Atlético se reencontró con el horror.

Recibió primero un baño de Las Palmas en el Estadio Insular, fue dominado ante el peor Barcelona de las últimas dos décadas y, el pasado sábado, suerte tuvo de recibir sólo dos goles en San Mamés. Fueron tres caídas hirientes, tres partidos perdidos que mostraron los problemas del Atlético fuera de sus murallas. «No logramos hacer el partido que planteamos. El tiempo en el campo no nos permite entrenar lo que queremos, pero en imágenes vemos lo que debemos seguir haciendo, lo que hacemos bien y lo que debemos mejorar», explico Simeone, en relación a la derrota ante el Athletic, en la antesala al encuentro frente al Getafe. Además, también habló de los recientes problemas atléticos para encontrar a su mejor hombre, Antoine Griezmann: «El equipo debe estar más allá de las posibilidades de jugar para Griezmann. Como ocurrió frente a la Lazio cuando él no estuvo. Aunque sabemos de su talento y lo que aporta al equipo».

Tiene el conjunto dirigido por José Bordalás la autoestima por las nubes después de ganar su primer encuentro de esta Liga a domicilio en el Ramón Sánchez-Pizjuán y confirmar su buen momento liguero, donde roza las plazas europeas. Venció con suficiencia, 0-3, en una tarde donde mostró su amalgama de virtudes: la presión alta, agobiante, y, desde el robo en campo rival, la generación de transiciones ofensivas veloces por banda en busca del centro y el remate. Asimismo, en un campo del que nunca se ha llevado los tres puntos, el Getafe se aferra al buen momento defensivo del grupo, a la seguridad de Soria en la portería, a las internadas por la derecha de Rico y al maridaje de los cuatro delanteros que suele presentar en su ataque (Greenwood, Mata, Latasa y Mayoral, el máximo goleador español del torneo con diez dianas), para buscar el triunfo en el Metropolitano.