Atlético de Madrid 2 - 1 Oporto
El Atlético se vuelve loco
CHAMPIONS LEAGUE / FASE DE GRUPOS
Tres goles en la prolongación llevan de un lado a otro el marcador en un debut infartante de los rojiblancos. Griezmann anota el tanto definitivo
Resultados y clasificaciones
Madrid
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónNoventa minutos para nada y diez de prolongación para todo. La locura indescifrable del Atlético, que se subió a una montaña rusa a última hora y llevó a su hinchada por todos los estados de ánimo. La euforia, la desesperación y el orgasmo. Hasta por ... los actores el guion pareció una broma. La obra de un cachondo. Mario Hermoso, el hombre que se quiso pegar con la grada, marcó el 1-0 (remate afortunado que envenenó un defensa) y luego concedió con un penalti el 1-1. Y Griezmann, el suplente por obligación, anotó el 2-1 en la agonía. Minuto 90, 96 y 100. Lo nunca visto. Tres puntos para arrancar la Champions sin ninguna explicación.
Oblak llegó a tiempo de subirse al once de Gil Marín. En Europa también Simeone obedece con una suplencia, la de Griezmann (merecida por rendimiento, recomendable por tesosería), de la que se desmarca Cerezo, que preside pero no pone la plata. El guardameta, al que lesionó Reinildo el sábado en San Sebastián, se presentó aparentemente sano, pero también enfadado.
O eso dieron a entender sus gritos a compañeros cada vez que dejaban rematar con cierta comodidad a un rival desde la frontal, lo que ocurrió a menudo. Dio igual que los tiros no tuvieran puntería, la bronca se la llevaban. Y también se presentó Oblak seguro, lo suficiente para cerrar su puerta cuando la aproximación portuguesa le sorprendía desde cerca (como ante Taremi a la media hora).
El Atlético del Madrid vivió la contienda más aculado que abierto. Es lo que le gusta. Una renuncia al talento que acumula y una invitación a un bostezo que el hincha se quita de encima con sus cosas. Siempre hay más ambiente en las gradas que sobre el césped en el Metropolitano, ya sea para emocionarse coreando y haciendo llorar a Paulo Futre (uno de los más grandes de ambas instituciones), silbando el himno de la Champions (un clásico en esa casa), cantando un repertorio para el que no necesitan ayuda del apuntador o discutiendo entre unos y otros. Un ejercicio de resistencia a ese aburrimiento al que condena a menudo su gurú, que cada vez genera más división ahí dentro.
At.Madrid - Oporto
Champions League / 1ª jornada
- At. Madrid: Oblak; Nahuel (De Paul, 46'), Giménez, Witsel, Reinildo, Carrasco (Lemar, 46'); Llorente, Koke, Saúl (Griezmann, 61); Joao Félix y Morata (Hermoso, 68').
- Oporto: Diogo Costa; Pepé (Joao Mario, 62), Carmo, Pepe, Zaidu; Otavio (Bruno Costa, 77), Eustaquio, Uribe, Galeno (Verón, 89); Evanilson (Toni Martínez, 77) y Taremi.
- Goles: 1-0. M. 90: Hermoso. 1-1. M.90+5: Uribe, de penalti cometido por Hermoso. 2-1. M.90+10. Griezmann.
- Árbitro: Marciniak (Polonia). Expulsó a Taremi (82), por doble amonestación. Amarilla a Pepé, Koke, Uribe
El Atlético del Madrid defiende mucho y bien (Witsel lo hace hasta con elegancia; Nahuel no tanto, se confunde demasiado), pero ataca poco y mal. Carrasco trató de ponerle algo de insistencia, pero sus arabescos apenas causaron rasguños, y Joao Félix regaló solo dos gotas de magia. Jugaba en casa el Oporto, podría deducir cualquiera que se desentendiera de las tribunas. Así ocurrió desde luego hasta el descanso. Un desastre.
Simeone le dio una vuelta a la alineación en la segunda parte. Fuera los laterales, a donde pasaron los medios Llorente y Saúl, y dentro De Paul y Lemar para juntarse con Koke en el centro del campo. El Atlético ganó dominio. Y también sutileza (un fuera de juego de De Paul impidió que subiera al marcador un remate exquisito del capitán). Se encendió.
Llegada la hora Griezmann, minuto 60, el técnico dio otro salto ofensivo. Sentó a Saúl y pasó a defensa de cuatro, con Reinildo de lateral. El francés, centrocampista por la derecha. Un momento solo. Porque el paso adelante fue un paso atrás. El Oporto no se apagó. Con menos posesión, fabricó más peligro. Oblak se mantuvo igualmente enorme (ante Eustaquio desde lejos y ante Joao Mario desde cerca), pero el Cholo se arrepintió: Hermoso sustituyó a Morata a los cinco minutos, de vuelta a la defensa de cinco y Griezmann arriba. Al técnico le dio tiempo a enojar a su hinchada un rato después al retirar a Joao por Correa. Directo al 0-0, incluso tras la expulsión de Taremi.
Pero no. Cuando el decepcionante partido se marchaba le entró el ataque de locura. El gol de Hermoso, su penalti y el cabezazo milagroso de Griezmann. El desenlace inexplicable. El guion más raro del mundo. El Atlético.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete