El Movistar Inter, en la Final Four

El devenir de los encuentros precedentes convirtió este en un todo o nada entre ambos equipos con cierta ventaja para los españoles, que tenían la diferencia particular favorable y por tanto podían dar por bueno el empate.

Dadas las circunstancias, se esperaba un alto ritmo competitivo que ya fue patente desde los primeros instantes del choque. De hecho en apenas tres minutos ya se vieron dos goles, uno en cada portería.

Se adelantó primero el Inter, al dar Ortiz continuidad a un saque de esquina con un golpeo potente que impactó en un contrario antes de besar la red. Sin embargo, la reacción de Kairat no se hizo esperar.

Una de las primeras incursiones en área contraria de Higuita , especialista en el arte del portero-jugador y siempre desconcertante para los rivales, acabó facilitando un disparo de Douglas al que puso el broche Alexandre sobre la misma línea.

La diana en contra no descompuso al anfitrión. Este aprovechó una cesión para armar una coreografía perfecta que despistó a los presentes y permitió a Elisandro firmar el 2-1. Pero de nuevo la renta se evaporó sin tiempo para disfrutarla cuando Eduardo desmontó a Gadeia en un cara a cara por el costado diestro, antes de poner el esférico en dirección al arco, donde esperaba para empujarla Leo.

Empatado el partido, le tocó a Higuita demostrar sus habilidades como guardameta. Lo hizo con cuatro paradas de mérito para sacar un libre directo, tapar una contra y desbaratar dos intentos de Gadeia y Ricardinho. Mientras, sus compañeros se agarraban al balón parado para generar peligro en torno a la figura de Jesús Herrero.

Fue una fase en la que el encuentro se enfrió, tregua en mitad de la batalla que rompió el portugués Ricardinho transformando el tercero, con un zapatazo que acabó dentro tras ser desviado por un hombre de plantel kazajo.

Llegó la pausa intermedia y el retorno trajo consigo el empate. Se lo apuntó Taynan a placer, finiquitando una acción a balón parado. La mejor carta de presentación de una segunda parte que creció en tensión.

Una jugada concreta desató las hostilidades cuando los colegiados no se entendieron al señalar un saque de banda que terminó en gol del Inter. Este fue anulado encendiendo a la grada.

Con todo por decidir pero conscientes de que solo le valía la victoria, el Kairat arriesgó por medio de Higuita. Y les salió caro. Una subida de este hacia campo contrario supuso una falta suya sobre Herrero. La acción le costó la segunda cartulina amarilla y a los suyos quedar desposeídos de un arma clave en el desenlace.

No vino sola la desgracia. En el siguiente ataque, Gadeia le pegó con el alma poniendo el 4-3. Medio trabajo estaba ya hecho pero tocaba rematarlo. Lo tuvo cerca Ricardinho hasta en dos ocasiones, un doble penalti que dio en el palo y una contra sacada in extremis por la defensa. Pero fue Gadeia quien puso la guinda al transformar, esta vez sí, otro doble penalti.