golf
A tiro de los 300 títulos
2010 ha sido el año más fructífero para el golf profesional español, con 20 torneos ganados. Datos para la historia
MIGUEL ÁNGEL BARBERO
Hubo un época en la que el golf era un deporte practicado por las clases altas por «sport» y por los trabajadores de los campos (jardineros o «caddies») como profesión. De hecho, los primeros torneos profesionales se jugaban exclusivamente entre los profesores de los clubes, ... con escasísima presencia de los socios en esas competiciones. Así, la principal estrella de clase alta de la época antigua (antes de la II Guerra Mundial), Bobby Jones, siempre conservó su condición de amateur.
Esta situación se prolongó en España hasta finales del siglo XX, cuando se produjeron una serie de hechos que contribuyeron a la popularización de este deporte. El principal, la aparición de Severiano Ballesteros , que se convirtió en una estrella mundial y que enarboló la bandera de los campos públicos en cuantas apariciones realizaba; después, los éxitos internacionales de sus compañeros y la aparición de recorridos por todas las provincias propiciaron el milagro: hoy en día, con más de 300 campos y 300.000 licencias en todo el país los jugadores florecen sin problemas. Y gracias al cuidado que ponen las instituciones en su formación, los éxitos no han dejado de llegar.
Afortunadamente, la dureza de la vida de los golfistas se ha limitado ahora a lo estrictamente deportivo. En los años 50 y 60, Ramón Sota (el tío de Seve, que ganó numerosos torneos en Europa y América), reconoció haber pasado hambre en sus giras. En esos días los españoles viajaban en condiciones precarias y hacían una bolsa común con los ingresos que conseguían en unos viajes interminables. Ahora es cierto que cuesta mucho dinero cumplir una temporada profesional en cualquier circuito, pero los patrocinadores y los premios son una ayuda bastante considerable. Y los que triunfan, pueden darse por satisfechos.
La era de los circuitos
Un punto de inflexión para el golf nacional fue 1972, cuando se creó el Circuito Europeo . Su primer torneo fue el Open de España y el ganador, Antonio Garrido . Comenzó así una racha triunfal que, cuatro décadas después, está a punto de alcanzar los trescientos éxitos en distintas categorías.
Entonces se empezó a gestar «la Armada Invencible» con hombres como Manolo Piñero , José María Cañizares o Pepín Rivero , que tendrían en Ballesteros a su almirante unos años más tarde. Desde que en 1976 el cántabro ganara en Holanda, su carrera fue explosiva y su carisma tiró de todos los demás. Con él se consiguieron dos de las cuatro Copas del Mundo del palmarés y se abrió el camino para la presencia española en la Ryder Cup . Y, bajo su ala, surgió el segundo mayor genio de este deporte en territorio español: Chema Olazábal . En 1986 llegó su primer logro y, además de formar una pareja temible con Seve, provocó un cambio de mentalidad entre los profesionales, pues provenía del campo aficionado.
Los noventa estuvieron compartidos entre el esplendor del guipuzcoano, los últimos coletazos del de Pedreña y la lenta pero segura carrera de Miguel Ángel Jiménez . Un recorrido que se ha ampliado también al nuevo milenio, donde el malagueño ha compartido protagonismo también con el explosivo Sergio García .
Afortunadamente, los éxitos del golf español no se han reducido a un solo jugador. Hoy en día hay varios en la élite y nombres como Álvaro Quirós, Gonzalo Fernández-Castaño, Pablo Martín, Nacho Garrido o José Manuel Lara están capacitados para ganar cualquier semana. Eso, por no hablar de las categorías inferiores. Tanto en el Challenge Tour como en el Alps Tour se han conseguido muchas alegrías en los últimos tiempos. También los seniors han encontrado la motivación para seguir siendo competitivos pasando los cincuenta.
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