Canelo-Golovkin, un combate para definir una década

Tras el previsible Mayweather-McGregor , el combate de hoy reúne, en su teórica plenitud , a dos de los mejores púgiles del mundo. Canelo y Golovkin llevan años acumulando méritos para encontrarse hoy en un evento llamado a marcar una década.

Desde un pueblo de la sierra de Madrid, un argentino ya retirado pondrá dinero a la victoria del mexicano. Se trata de Luciano Cuello , un púgil bravo que se enfrentó a Canelo cuando este no había cumplido ni 20 años. «Me sorprendió en todo momento», recuerda Cuello, que en la penúltima semana de preparación no pudo hacer trabajo de sparring por un corte en el párpado. «Era muy frío, muy tranquilo . Es como esa gente que entra al Bernabéu con 70.000 personas y son naturales. Me acuerdo que, cuando subimos al ring, él estaba como muy despreocupado».

La confianza del mexicano y su equipo se hizo extensible a los minutos previos a la pelea, cuando lo normal es que un entrenador del equipo rival supervise el vendaje del oponente. «Ellos no mandaron a nadie a mi vestuario –explica–. Aunque hace no mucho leí que todavía suele hacer eso. La verdad es que me sorprendió porque era muy joven pero también muy tranquilo. Por algo está peleando por lo que está peleando: porque ya era distinto ».

En el primer asalto, Canelo le mandó al suelo, condicionando ya el resto de la pelea: «Noté una gran diferencia –reconoce Cuello–. Más que su velocidad, me sorprendió su explosividad. Me pareció muy preciso a la hora de pegar. Lo vi muy superior. Ricardo (su entrenador) me decía: "¿Por qué no sacas manos?" . Pero es que me daba hasta terror. En cuanto asomaba una mano me sentaba. Te genera inseguridad, pero mis entrenadores tampoco me exigieron más. No podía hacer más. Me costaba ver las manos y después de aquella pelea tardé en volver al gimnasio».

Luciano Cuello ha seguido en la distancia la evolución del mexicano. Hace tres o cuatro años percibió cierto «estancamiento» en su progresión, pero desde hace tres años, coincidiendo con la pelea contra Miguel Cotto, cree que ha dado el paso definitivo.

«Yo le pongo un escalón por encima de cualquier boxeador. Maneja una velocidad distinta. Pero Golovkin también está en ese nivel. Lo vi boxear en directo contra Matthew Macklin y lo sacó del ring. Lo difícil lo hace muy fácil. Tengo que reconocer que tuve mis dudas sobre quién podía ganar hoy pero le voy a poner un dinero al Canelo. No sé si será por KO, pero vamos a ver un Canelo muy explosivo, rápido de piernas, yendo para atrás y volviendo... Creo que puede ser su noche».

Precisamente esa forma de boxear, ese estilo tan duro como preciso y tan contundente como estudiado hace de Canelo un mexicano algo atípico. Si se compara el número de golpes por minuto que han lanzado Canelo y Golovkin en sus últimas diez peleas, descubrimos que el mexicano tiene una cadencia de golpeo inferior a la de su rival de esta noche. En los últimos diez combates, Canelo promedió 14,8 golpes por minuto mientras que Golovkin lanzó más de 23 .

Se da también la circunstancia de que Golovkin está acostumbrado a peleas cortas por su explosividad innata. Para resolver sus diez últimos combates, el kazajo necesitó 181 minutos por 275 de Canelo (cuyos rivales quizá eran de mayor calidad, todo es opinable). Esto hace pensar que si sale una pelea larga Canelo puede ser favorito por una cuestión de fondo: porque es más joven y porque sabe lo que es pelear más allá del octavo asalto. Un pestañeo decidirá todo.