Tom Brady, el ídolo americano que no se acaba nunca

Ha sido la primera final de Brady con un uniforme distinto al de los Patriots . Un episodio que nace de la confianza que la franquicia de Florida depositó en Brady cuando, el pasado mes de marzo, este decidió cambiar de aires tras veinte años en Nueva Inglaterra. Entre los motivos de su adiós, según se contó, estaban los problemas con su entrenador, el también icono de la liga Bill Belichick. Se rompía así uno de los matrimonios más exitosos de la historia del deporte, con nueve títulos de conferencia (récord para la NFL), diecisiete títulos de división (también récord) y seis anillos de campeón que llevaron al jugador y a la franquicia a lo más alto. «No sé lo que me deparará el futuro, pero es hora de que abra un nuevo capítulo en mi vida y en mi carrera» , dijo Brady.

El considerado por muchos como el mejor jugador de todos los tiempos, icono indiscutible del deporte americano, renovó sus objetivos tras un decepcionante 2019 y firmó por los Buccaneers a cambio de 50 millones de dólares por dos temporadas más otros nueve por incentivos. La apuesta de la familia Glazer , propietaria de la franquicia del sur del país, pudo parecer entonces arriesgada y cortoplacista, pero a la vista está que ha sido todo un éxito: once victorias y cinco derrotas en la temporada regular, primera clasificación a los playoffs desde 2007 y primera Super Bowl desde 2002. Brady no se mudó a Florida en busca de un retiro dorado, sino que lo hizo para seguir agrandando su leyenda porque, entre otras cosas, todavía tiene fútbol para ello.

Como toda estrella del deporte que se precie, Brady no tardó en convertirse en uno de los grandes personajes de la sociedad estadounidense, más aún tras su boda con la modelo Gisele Bündchen en 2009. Según el portal «Business Insider» , el patrimonio de la pareja ronda los 500 millones de dólares y, según la revista «Forbes», solo en 2019 Brady facturó en 27 millones, 15 en concepto de salario y otros 12 por patrocinadores. A lo largo de su carrera, Brady ha firmado contratos publicitarios con gigantes como Intel, Beats, Shields, Hulu o Under Armour. Incluso la reconocida marca Aston Martin lanzó una colección limitada de doce coches inspirados en su persona con un precio de 360.000 dólares cada uno.

Su matrimonio con Bündchen, claro está, tiene mucho que ver con su éxito con las marcas. Juntos tienen dos hijos en común, Vivian y Benjamin, y forman una de las parejas más estables y admiradas de Estados Unidos. La modelo brasileña contó hace poco que, a los dos meses de empezar su relación, Brady le confesó que su exnovia estaba embarazada. Lejos de huir de la polvareda que levantó aquello, la exángel de Victoria’s Secret se mantuvo al lado del que más tarde se acabaría convirtiendo en el padre de sus hijos. En 2020, contra todo pronóstico, les tocó dejar atrás la vida que habían construido en Nueva Inglaterra mientras el deportista triunfaba en los Pats.

Ahora tienen en Miami su nuevo hogar, donde compraron una mansión valorada en 17 millones, cerca de donde reside Ivanka Trump, hija del expresidente americano y amigo personal de Brady. Una amistad fraguada en los campos de golf que dio mucho que hablar en su momento, cuando Brady se vio obligado a retractarse y asegurar que no se metía en política después de pedir el voto para el multimillonario en 2015. No ha sido esta su única polémica. Poco después, en 2016, protagonizó el conocido como «Deflagate», el mayor escándalo de su carrera. Entonces, un tribunal federal de apelaciones le castigó con cuatro partidos de sanción al considerar que participó en la trama para desinflar balones y así tener mejor agarre. Un engaño que enterró a base de victorias y que no evitó que siguiera siendo uno de los principales reclamos publicitarios para las marcas.

Al margen de todo esto, Brady tiene entre manos otros negocios, como «199 Productions» , una productora audiovisual con sede en Los Ángeles que lanzó hace un año y con la que pretende adentrarse en el mundo del cine y las series. Uno de sus primeros fichajes fueron los hermanos Anthony y Joe Russo, directores de éxitos de Marvel Studios como «Avengers: Infinity War» y «Avengers: Endgame».

Volviendo a lo deportivo, lo que parece claro es que Brady ha superado muchos de los escollos que los analistas se atrevieron a ponerle en su nueva aventura. Lejos de Nueva Inglaterra, sin Belichick en el banquillo, con nuevos compañeros, se ha erigido en el líder del ataque de los Buccaneers. Con 4.633 yardas en sus estadísticas, solo ha sido superado por Patrick Mahomes (4.740) y Deshaun Watson (4.823). En cuanto a sus 40 touchdowns, solo Aaron Rodgers mejora este registro (48). Unas cifras que valen una final donde la experiencia de Brady fue decisiva de cara a seguir haciendo historia: «Definitivamente estoy mayor… Pero estoy aguantando», dijo cuando su equipo ganó su primer partido de playoffs en 18 años. Palabras de alguien que nunca se rinde.