Contador decide que gane Fabio Aru y no Mikel Landa

230 kilómetros después, la etapa se resumió en un gesto. Atacó Landa en Cervinia en busca de su tercera victoria y Contador se grapó a su espalda como una mochila de piedras. No le concedió medio metro, pegado, grapado, en modo secante. Le dijo con ese destello que no permitiría su triunfo.

Por contra, el líder español concedió el día de las oportunidades a los demás acompañantes en su grupo, protagonistas de los fuegos artificiales de los últimos días: el canadiense Hesjedal, que lo ayudó en Ologno, el holandés Kruijswijk, que colaboró en el Mortirolo, Urán, desaparecido, Aru, a quien respeta... Y Landa, el enemigo.

Se escapó Hesjedal y no hizo nada Contador. Probó a seguirle Aru y no se movió el español. Atacó Urán y no se giró un pelo. Cuando amagó Landa, el líder replicó con el mazo. “Me he dedicado a mi principal rival, o al menos que está más cerca en la general, que es Landa”, dijo Contador.

Así ganó Fabio Aru para delirio absoluto de los aficionados, el público, la RAI y sus compañeros. Es un personaje muy querido en Italia, apreciado por su humildad y coraje en la competición. Es la cuarta victoria del Astana, esta vez con la aquiescencia del patrón.