Tour de Francia 2014

Navardauskas rubrica una dura etapa de transición

Victoria para el lituano del Garmin en al víspera de la contrarreloj, en la que el pelotón sufrió la lluvia y una caída masiva en la parte final

Navardauskas rubrica una dura etapa de transición reuters

d. vilares

Los últimos días del Tour son mitad fatiga y mitad asfixia: la fatiga de los más de 3.000 kilómetros que los ciclistas tienen en las piernas y la asfixia de los equipos que ven que llegan a París sin una victoria de etapa. A ... tres jornadas de los Campos Eliseos, solo ocho equipos habían ganado en alguna jornada, lo que deja a 14 de vacío. [Así hemos contado la 19ª etapa del Tour de Francia en directo ]

Fatiga y asfixia mezclan mal, y cuatro valientes intentaron sobrevivir al cóctel: Tom-Jelte Slagter (Garmin), Rein Taaramae (Cofidis), Cyril Gautier (Europcar), Martin Elmiger (IAM) y Arnaud Gérard (Bretagne). Todo ellos, de equipos que aún no conocen el podio en este Tour.

La carrera se convirtió en una lucha entre los que no habían ganado, por delante, y los que no habían ganado, por detrás, equipos de velocistas que seguían a cero. Entre ellos, el más interesado era el Cannondale de Peter Sagan, maillot verde matemático del Tour pero frustrado por sus numerosos intentos de victoria sin recompensa. Además hoy le favorecía la cota de cuarta categoría a 12 kilómetros de la meta de Bergerac.

Para rematar la agonía, la meteorología regaló el enésimo día de lluvia de esta edición a los ciclistas. No había muchos aliados para la fuga, en la que Slagter fue el último superviviente. Su equipo, el Garmin-Sharp, era de los más obesionados con la victoria hoy: en la última cota, el lituano Ramunas Navardauskas atacó y abrió un interesantísimo hueco sobre el pelotón. [ Clasificación general del Tour de Francia ]

Fenomenal rodador –mide 1,90 m. y tiene una planta envidiable sobre la bici–, Navardauskas saltó a la fama en el Giro de hace dos años, cuando fue maglia rosa dos días gracias a la victoria de su equipo en la contrarreloj colectiva. Entonces tenía 24 años, y confirmó que no era flor de un día en el Giro siguiente, cuando ganó otra etapa resolviendo una fuga de forma radiante.

Hoy en Bergerac soltó al pelotón en la cota final y se lanzó como un poseso a por la meta, todo clase y potencia. Fueron diez kilómetros en los que exhibió lo que significa la palabra «rodador». Navardauskas, que vive cerca de Valencia, venció bajo la lluvia con unos buenos metros sobre el pelotón, un triunfo de autor en un final terrible y gris que hizo estallar al pelotón en mil pedazos.

Estalló porque hubo una caída en el gran grupo justo dentro de los tres kilómetros de meta, la zona a partir de la que las diferencias por las caídas no se tienen en cuenta. Estaba Sagan en el suelo, confirmando su gafe, y también Romain Bardet, el quinto clasificado de la general. Nadie se hizo tantas heridas como para no cruzar la meta: a falta de dos capítulos para que se cierre el Tour, hacen falta mutilaciones para no llegar a París.

Navardauskas rubrica una dura etapa de transición

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