Trentin bate a Sagan en la «foto finish»

La etapa, larguísima (234,5 kilómetros), tenía dos cotas interesantes en los últimos veinte kilómetros, suficientes para animar la carrera. Era como una pequeña Milán-San Remo con menos kilómetros y menos mística. Las fugas murieron pronto porque el pelotón no les dejó hueco, especialmente Cannondale y Orica. Los primeros tienen a Sagan, ante su mejor oportunidad para sumar una victoria; los segundos, a Simon Gerrans, otro nombre de postín para el final de hoy en Nancy.

Si la primera cota se vivió sin ataques, poco después de coronar Tejay Van Garderen fue víctima del único tópico de la primera semana que permanece en esta edición: las caídas. El americano, líder del equipo BMC en este Tour, se enganchó con un compañero y perdió 1:03 en meta con el resto de favoritos. Su compatriota Andrew Talansky no cedió tiempo pero también se dio contra el suelo de forma espectacular en la recta final, y más ciclistas lo hicieron en los últimos kilómetros.

En la última subida, Boufflers, a cinco de meta, de nuevo asomaron los dientes de los favoritos. El Tinkoff-Saxo de Contador se metió en la cabeza y Vincenzo Nibali no dejó ni un metro libre al madrileño. Casi al coronar, con un grupo de unos 40 ciclistas, Greg Van Avermaet atacó y Sagan, muy proactivo, salió a su rueda.

Para desgracia de ambos, el Omega Pharma logró organizarse un poco a través de Michal Kwiatkowski, un fenómeno de la bicicleta que lo mismo baila sobre los adoquines que gana contrarrelojes o brilla en la montaña. La fuga murió, Sagan se reintegró al tren del sprint y Kwiatkowski lo lanzó para Matteo Trentin, otro joven del Omega que ya ganó una etapa en el Tour del año pasado.

Sagan empezó el sprint en tercera posición y llegó a la línea de meta a la par que Trentin. Un gesto del italiano parecía indicar que, por fin, el líder indiscutible del maillot verde iba a estrenar su casillero de victorias en este Tour.

Pero la «foto finish» aclaró las cosas: Trentin había ganado por menos de diez centímetros. Una victoria de mucha clase para el italiano en una etapa muy exigente, y una derrota dura para Sagan, gafado en lo que va de Tour de Francia. Le queda el consuelo de la clasificación de la regularidad, que tiene encarrilada ya en la primera semana. La tensión entre los favoritos se quedó solo en eso, y Vincenzo Nibali sigue vestido de amarillo antes de que empiecen las pruebas más exigentes.