Rogers repite en el Zoncolan

Hay tanto desnivel que además los fans sienten más necesidad de empujar a los corredores. A tres kilómetros de meta, Michael Rogers y Francesco Manuel Bongiorno rodaban en cabeza tras la larga escapada del día. A Bongiorno, de 23 años, se le veía un poco más justo que a Rogers, ganador en Bari ya en este mismo Giro.

Un aficionado decidió empujar a Bongiorno, con la suerte de que su rueda delantera tropezó con la rueda trasera de Rogers. El italiano estuvo a punto de caerse, perdió la pedalada y tuvo que hacer dos eses para retomar la marcha; cuando lo hizo, Rogers ya le sacaba unos metros que no iba a poder recuperar. [Así hemos contado la 20ª etapa del Giro en directo]

Así ganó el australiano , el más fuerte de la fuga, en el Zoncolan, la etapa que debía decidir el Giro pero que se encontró un patrón demasiado fuerte. Nairo Quintana va a ganar el Giro de Italia en Trieste con mucha superioridad sobre sus rivales en la última semana. Ha hecho incluso olvidar que en la primera mitad de la carrera parecía que no arrancaba y que no se llevaría la maglia rosa.

Con la etapa imposible por la diferencia de la fuga, Quintana se ha limitado a mantenerse a rueda de Rigoberto Urán. Su compatriota lo intentó: puso a Wouter Poels, compañero en el Omega Pharma, a tirar durante media ascensión –la otra media fue para Igor Antón, de Movistar, ganador en esta cumbre en 2011– e intentó subir el ritmo en los últimos kilómetros. [Así está la clasificación general del Giro ]

Pero Quintana no se iba a despegar. Al poco de quedarse a solas con Urán, se puso en paralelo de Poels y él para mandar un mensaje: no le iban a soltar. Y así siguieron hasta la meta.

A Urán la etapa le ha servido para asegurarse la segunda posición del podio, en peligro después de la fenomenal cronoescalada de Fabio Aru en Cima Grappa. Al joven italiano le ha pesado el esfuerzo de ayer y se ha dejado quince segundos con Urán, pero el tercer puesto y las dos victorias son un premio inimaginable para su Giro.

Mañana, Trieste, una ciudad que casi se sale de Italia –está al borde de la frontera con Eslovenia–, pondrá punto final al Giro más colombiano de la historia. Mañana, Nairo Quintana tendrá la que debería ser la primera gran vuelta de muchas.