CICLISMO

China también gana la batalla de las bicicletas

Los grandes fabricantes, con factorías en Asia, financian cada vez más los equipos del UCI World Tour

China también gana la batalla de las bicicletas EFE

J. GÓMEZ PEÑA

«Mira», apunta Joxean Fernández Matxin, hacia la baca de uno de los vehículos del equipo Lampre-Merida. «Esa bici vale once mil euros. Como una moto o un coche». Es una Merida, la marca del gran fabricante de Taiwán. Hace tiempo que, como ... casi todo, las bicicletas se fabrican allí y en China. « Mérida vende cinco millones de bicicletas al año, la mitad en China», asegura Matxin. Y sigue devorando: ya es accionista de otro de los grandes fabricantes, Specialized, la bici de Contador. Son joyas a precio de automóvil. Por eso y por la ausencia de marcas de otros sectores que inviertan en el ciclismo, las empresas de bicicletas son las que sostienen ahora a buena parte de los equipos del UCI World Tour. Cada vez más, el ciclismo se parece al motociclismo y el automovilismo. Kawasaki frente a Suzuki y Honda. Ferrari ante Mercedes o Lotus... Merida (Lampre) esprintando con Pinarello (Sky y Movistar), Giant (Belkin), Trek (RadioShack), Cannondale, Orbea (Euskaltel), Cervélo (Garmin)...

En esta Vuelta se negocian los contratos para el año próximo. El UCI World Tour es el mejor escaparate para vender bicicletas. Pinarello, la marca que catapultó a Induráin, acaba de renovar su acuerdo con el Sky. La firma italiana, llena de prestigio, aportará unos 4,5 millones de euros al conjunto de Froome. Un dineral. «Vamos a hacer la mejor bicicleta del mundo», anuncian en el Sky. Pinarello, sin embargo, parece alejarse de su otra escuadra, la de siempre, el Movistar. Quedará ese hueco libre, abierto a que entre otro constructor de bicis. Dicen que tendrá que poner cerca de tres millones de euros para unirse a Nairo Quintana y Valverde.

La caravana de la Vuelta vive pendiente de esos movimientos. Hay mucho dinero en juego. Es la otra carrera. La marca Giant, también de Taiwán, deja el equipo Belkin y se va al Argos. Bianchi, otro mito de las bicicletas, abandona un conjunto que cierra, el Vacansoleil, y surtirá al Belkin. A Orbea también se le acaba su soporte, el Euskaltel, y medita buscar otro maillot. Aunque no será fácil. Ahora, la firma vasca pone alrededor de un millón de euros, la mitad o menos que los grandes fabricantes. O da un paso económico adelante, o se quedará fuera de las cámaras del Tour. Ojos que no ven, clientes que no compran.

El ciclismo regresa a su origen, cuando los constructores de bicicletas y neumáticos eran los patrocinadores de los mejores equipos. Orbea y BH, por ejemplo, protagonizaron los duelos de la primeras ediciones de la Vuelta a España. Hacia ahí va el futuro. De momento, la mayoría de las marcas de bicicletas ocupa un lugar secundario en el maillot, aunque Trek y Cannondale ya encabezan sus equipos. Otros, como Specialized (Saxo y Astana) y Pinarello, financian más de una escuadra. Y hay un caso aparte, el BMC, el equipo del millonario Andy Rhis. Es otra cosa. Para Rhis, antiguo patrón del Phonak, el ciclismo es un hobbie, una pasión. Invierte porque le gusta. Es su juguete. Y antes de pagar varios millones de euros a un fabricante de bicicletas, creó su propia marca: BMC. Pura precisión suiza.

En esa pelea por ser la bici de los mejores ciclistas, Asia, un continente sin apenas ciclismo profesional, le come ya el terreno a Europa y Estados Unidos. Pinarello (Italia), Trek (Estados Unidos), Focus (Alemania), Bianchi (Italia) y Orbea (España), entre otras, pelean contra gigantes asiáticos como Giant y Merida, dos firmas nacidas en 1972. Son hijas de la globalización. Cuando aquel año, la marca británica Raleihg, mítica, decidió fabricar sus bicicletas en China, inició el futuro. Otros hicieron los mismo. La mano de obra barata. Hoy, casi toda la producción mundial está en Asia, incluida la de las prestigiosas marcas occidentales.

Asia viene. Merida, por ejemplo, tiene un departamento de diseño e ingeniería en Alemania, pero las fábricas están en China y Taiwán. De hecho, en esos países ya disponen de toda la tecnología para tejer bicicletas de última generación. Debajo de buena parte de las marcas europeas y estadounidenses late una bicicleta china. Eso sí, a precio de la vieja Europa. Merida, que financia con tres millones de euros al Lampre, crece a ritmo chino. “Mira”, vuelve a decir Matxin. “Todos los equipos montan en sus bicis los componentes (frenos, cambios, ruedas) de una marca, o Shimano o Campagnolo, que aportan ese material a cambio de la publicidad. Aquí no. Merida preguntó cuáles eran las mejores ruedas, los mejores frenos, los mejores cambios... Y los compró. Por eso llevamos componentes tanto de Shimano como de Campagnolo”. China rueda dentro de las bicicletas del UCI World Tour, el torneo donde mejor se venden. Como hacen los grandes premios de motociclismo y la fórmula 1.

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