CICLISMO
La última víctima de Armstrong
La última víctima de Armstrong
Quedan coletazos de la confesión de dopaje de Lance Armstrong y de su genuflexión pública como consumidor de EPO, testosterona y transusiones sanguíneas. El equipo que él fundó gracias a su tirón comercial en Estados Unidos dice adiós. La empresa RadioShack lo deja. Y el ... futuro de los hermanos Schleck se complica sobremanera. Uno, Frank, sancionado por el positivo del diurético xipamida hasta el próximo 14 de julio. Y el otro, Andy, en depresión deportiva, no ha terminado una carrera por etapas en los últimos once meses.
RadioShack es un distribuidor texano de componentes electrónicos que llegó al ciclismo en 2010, un año después del regreso de Lance Armstrong al Tour, aquel julio 2009 de cohabitación imposible con Alberto Contador bajo el manto del Astana. Para justificar la retirada, la empresa americana explica que prefiere destinar al mercado asiático los 17 millones que le cuesta el equipo ciclista.
Aunque Armstrong se retiró hace dos años, a RadioShack también le afectó la onda expansiva del dopaje. En octubre de 2012, Johan Bruyneel se desligó de la escudería que gobierna el empresario luxemburgués Flavio Becca. El director belga fue acusado por la Agencia Americana Antidopaje (Usada) de participar en las prácticas dopantes que derrumbaron el mito de Armstrong. Con el italiano Luca Guercilena el asunto no ha mejorado.
Flavio Becca integró la antigua estructura del Leopard (donde corrían los hermanos Schleck) en RadioShack (el emporio de Armstrong) y la mezcla deportiva nunca ha funcionado. Los hermanos Schleck y Fabian Cancellara nunca hicieron migas con el sector proveniente de Armstrong. Los latigazos del dopaje han hecho el resto para desalojar a uno de los mejores patrocinadores que desembarcaron en el ciclismo en los últimos años.
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