La defensa de Pistorius siembra el caso de dudas
Pone en entredicho las pruebas de la Fiscalía para acusar al atleta del asesinato
JAIME VELÁZQUez
Milton Botha, inspector de la Policía de Sudáfrica, acudió a la magistratura de Pretoria confiado. Quizá no esperaba que el equipo legal de Oscar Pistorius fuera a interrogarle en la vista para la fianza como si se tratase del propio juicio por supuesto asesinato de ... Reeva Steenkamp. Después de que no lograra convencer al juez Desmond Nair para que rebajase los cargos contra Pistorius por asesinato premeditado, el abogado Barry Roux jugó ayer a sembrar «la duda razonable» en un proceso judicial que empieza a parecerse a una serie de las buenas de la cadena HBO.
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Los protagonistas son un exitoso deportista de elite que mata a tiros a su novia, una joven modelo con un futuro prometedor, un hábil letrado capaz de dar la vuelta al más complicado de los casos y Milton Botha es el inspector que permanece en silencio después del «no hay más preguntas». Pese a que las sesiones que se celebran esta semana en la magistratura de Pretoria sólo tienen como objetivo determinar si Oscar Pistorius debe ser puesto en libertad bajo fianza o permanecer en prisión, su equipo legal ha convertido la vista en un juicio anticipado, pese a que la instrucción del sumario no ha hecho más que comenzar.
El abogado indicó que los vecinos no identificaron las voces de la discusión
Un juicio en el que el «gran jurado» es la audiencia millonaria de las televisiones de todo el mundo que inundan estos días la capital Pretoria para seguir el caso Pistorius y que no necesita pruebas irrefutables para emitir cada día un veredicto. La Policía detuvo al deportista este jueves en su residencia de Pretoria, tras encontrarle junto al cadáver de su novia Reeva Steenkamp, de 30 años, muerta por los disparos que salieron de una pistola registrada a su nombre, y permanece en un calabozo desde entonces.
Las pruebas de la Fiscalía para acusarle de asesinato intencionado, basadas en testimonios de vecinos que oyeron discutir a la pareja aquella noche, en un bate ensangrentado y en la tesis de que la modelo corrió a esconderse en el cuarto de baño atemorizada por su novio, parecen hoy más inconsistentes después de que el inspector pasase por las manos de Roux. Milton Botha reconoció que no usó las fundas de zapatos para no contaminar la escena porque «no estaban a mano», que los vecinos que escucharon la supuesta pelea de la pareja viven a 600 metros de la casa del atleta donde fue hallada muerta Steenkamp y que no alcanzaron a identificar las voces de la discusión.
Hierbas y no testosterona
La versión de los hechos de Pistorius, calculada al milímetro, según la cual el campeón paralímpico confundió a su novia en plena noche con un intruso que se coló en la casa a través de la ventana del cuarto de baño, ha logrado el beneficio de la duda razonable. «¿Qué me diría si le revelo que la vejiga de Reeva Steenkamp estaba vacía? ¿Le parece a usted normal en alguien que lleva horas durmiendo», preguntó Barry Roux al inspector Botha.
Milton Botha aseguró también que la Policía encontró en el domicilio del atleta agujas hipodérmicas y un frasco con testosterona, una sustancia prohibida en el deporte de elite que aumenta la agresividad, que la defensa identificó sin embargo como un «remedio herbal» permitido por las autoridades antidopaje. Los análisis de la sustancia aún no han concluido, y aún no se han revelado los detalles de la autopsia de Steenkamp. La modelo pudo aliviarse la vejiga antes de mantener la supuesta discusión que provocó la ira del atleta. Pero eso solo se sabrá en el próximo capítulo de la serie.
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