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ABC Cultural

San Fermín

La corrida de Escolar roza la tragedia: Juan de Castilla, percance al entrar a matar; Callejero se ceba con Rafaelillo en la cogida más terrorífica

Ambos matadores han cortado una oreja y han pasado a la enfermería

Callejero y Cartero siembran el terror en el encierro a su llegada a la plaza

Rafaelillo, colgado del pitón del cuarto toro, Callejero, uno de lso que sembró el caos en el encierro Emilio méndez
Rosario Pérez

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Vendió muy cara su vida la corrida de José Escolar y a punto estuvo de arrebatársela a dos toreros. Se heló la sangre cuando el tercer toro prendió en la hora final a Juan de Castilla. No era la primera vez que quiso probar ... su piel, pero ahora Chatarrero, que así se llamaba, lo tuvo a merced en una violenta cogida. Aquella imagen del horror se acrecentó cuando el veterano Rafaelillo presentaba la zocata a Callejero I, uno de los cárdenos que había sembrado ya en el ruedo el terror durante el encierro embistiendo contra varios mozos. Este número 40 estaba ya grabado en la piel del miedo, pero sus pitones traían un silbido de apocalipsis. Cerca de las ocho, este toro de 540 kilos desató su furia contra el cuerpo de Rafael Rubio. Cada pitonazo lanzaba un mensaje mortal, como sacado del averno. No hubo zona que Callejero no radiografiara. Por la espalda lo cogió como un pelele y lo llevó durante interminables metros prendido de la que viste de negro. La cara, el pecho, las costillas –esas costillas que un miura rompió en pedazos–, la taleguilla, rota a la altura del glúteo. Ante aquella tremenda la paliza, en el tendido se temió lo impronunciable.

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