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ABC Cultural

Tarde de torero grande de David Galván, que pone cara la Feria de San Isidro

Después de una sorda y meritísima faena, Madrid despierta con una sublime al cuarto, al que cortó un orejón: por menos se han pedido dos...

La tarde de orgullo extremeño

David Galván, rodilla en tierra, con la estocada en lo alto del cuarto toro Plaza 1
Rosario Pérez

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Asustaban los leños del primero, pero más aún imponía el seco valor de David Galván. Vistaalfrente se llamaba el toro, aunque quien dio el paso adelante de verdad fue el torero en una faena vivida con demasiada frialdad, pero de sordo mérito. Ni ... un ‘me quito, me pongo’. El de San Fernando se alistó a la guerra de voluntario, dispuesto a morir por la patria taurina, aunque no se lo reconocieran. El del Torero le hizo una cruz en el capote ya en la salida y el milagro fue que el gaditano pasase al callejón con las carnes intactas. Porque la cogida se presentía por cada pitón. Latente el peligro desde que le concedió distancia y se lo dejó llegar con máxima sinceridad, con unas zapatillas que no se hubiesen deslizado ni con una bomba debajo. Quizá a Vistaalfrente, que transmitió con su engañosa movilidad, le faltó un puyacito más. Sin embargo, Galván apostó por dejárselo más entero. Cierto es que obedecía, pero nunca perdió esa tendencia a vencerse, lo que poco le importó en ninguna serie ni en esas manoletinas finales. De locos. Hasta que los cabales se tranquilizaron cuando enterró un espadazo sin puntilla. Una ovación estalló para el ejemplar de Lola Domecq, mientras que al matador algunos hasta le racanearon los saludos. Qué cositas...

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