Pepe Moral triunfa de manera plena en Sevilla al cortar dos orejas
El diestro de Los Palacios ha cuajado una gran actuación en sus dos toros, rozando la salida por la Puerta del Príncipe
fernando carrasco
Hay que quitarse el sombrero ante Pepe Moral, matador de toros de Los Palacios que el pasado año no se vistió de luces y esta temporada era la primera vez que lo hacía.
Y no sólo ha triunfado en la corrida del Corpus sino que ... ha dado una lección de toreo de calidad, de toreo puro, de mano baja; de ligazón y profundidad. Tanto en su primero, hasta que se acabó —muy pronto— como en el sobrero sexto del Conde de la Maza, un toro con mucho trapío y bravo, repitiendo y que cuando le adelantó al muleta Pepe Moral se la quiso comer.
Pero el de Los Palacios, que le había recetado unas verónicas muy acompasadas en el recibo, supo administrar y templar las embestidas del condeso. La primera serie diestra no tragó del todo pero cuando le echó la pañosa a zurdas, el de «Arenales» dijo «allá voy» y comenzó a tomar con avidez los trastos. Y ahí vimos la profundidad y los muletazos hasta detrás de la cadera de Pepe Moral, tirando del astado, llevándolo templado, bajando la mano.
Puede, querido lector, que piense que el cronista es un exagerado —que para eso soy sevillano—. Ni de lejos, oiga. La faena de este torero que se vestía por vez primera en dos años de luces fue de «lío gordo», como dicen los taurinos. Tres series, tres, al natural de una lentitud y largura en los muletazos excelsa. Y luego una más con diestra bajando la mano. Y antes de enterrar el acero una postrera sobre la izquierda quitadas las manoletinas.
De verdad, faena de torero cuajado pero, sobre todo, de torero muy placeado, cosa que no tiene Pepe Moral. Dos orejas de ley. Si hay justicia en el toreo Pepe Moral tiene que funcionar. Si no, es para quitarse de esto, de verdad. Y_loor, que no se olvide, al toro del Conde de la Maza.
Antonio Nazaré, que reaparecía, dejó muy buen sabor en su primero
Porque también rayó a gran altura en su primero, al que toreó muy bien a la verónica, principiando la faena con dos pases cambiados por la espalda para templar en redondos diestros muy sentidos. Otra más así. La faena parecía que iba a ser importante pero el de Montealto se vino abajo cuando quiso torearlo al natural y ya se paró. A pesar de ello mostró oficio y pudo haber cortado la oreja. Dio la vuelta al ruedo.
Un tío fue el primero de Cayetano Muñoz con el que Agustín de Espartinas, que también torea poquísimo, veroniqueó con gusto. El astado se desplazó en los comienzos de faena pero sin la franqueza necesaria. Peor por el izquierdo. Voluntad en el espartinero, que acortó distancias.
Manso fue el cuarto, de Montealto, con el que Agustín se fue a portagayola y sólo pudo ver cómo su enemigo daba medias embestidas y estaba loco por irse a tablas. Lo intentó sin recompensa alguna.
Buen nivel de Nazaré
Antonio Nazaré —esfuerzo tremendo al reaparecer un mes después de la grave lesión de ligamentos sufrida en Madrid— cuajó al sobrero de Cayetano Muñoz en las series diestras, donde templó en muchos momentos de la faena. Por ahí vinieron los mejores pasajes de un trasteo que, por mor de las condiciones del astado, se vino abajo cuando lo intentó al natural.
Brusco fue el quinto aunque repitió en los primeros compases de la faena. Había que atemperarlo, algo que intentó el de Dos Hermanas, si bien cuando se echó la muleta a la izquierda el de Cayetano Muñoz se paró y dijo que no pasaba. Ahí acabó todo.
Este jueves, en la tradicional corrida del Corpus, con la plaza engalanada por la proclamación de Su Majestad el Rey Don Felipe VI, un torero, Pepe Moral, hizo sucumbir a los aficionados y reivindicó un hueco en la Fiesta Nacional.
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