El Viti: «Lo de José María Manzanares no era empaque, era torería»

La llamada trae el recuerdo de un torero imborrable: José María Manzanares , maestro de la torería ante todo . ¿Y empaque? «Más que empaque lo que tenía era torería, y torería la usan y la han expresado muy pocos toreros. Él tenía ese privilegio. El empaque para mí no es torería y no todos la tienen». Palabra de Su Majestad, un elegido por los siglos de los siglos.

Hoy se cumple el primer aniversario de la muerte de un torero de clase que dejo una huella indeleble , un maestro del que viejos y jóvenes guardan una rememoranza en algún rincón de su memoria. Incluso del alma , porque Manzanares era de esos que la tocaba y agitaba. Emoción se llama. Bendita sea. «El otro día toreó su hijo en México y recordé que estaba a las puertas del año. Y mira, es hoy».

El Viti fue testigo de su alternativa, con Luis Miguel Dominguín de padrino y toros de Atanasio Fernández. La fecha: 24 de junio de 1971. El escenario no podía ser otro: su tierra de Alicante. «A los toreros siempre los recuerdo con el mismo respeto y afecto . El día que se da una alternativa, ya seas padrino o testigo, trastas de contribuir, aportar o ayudar en los posible a que los cimientos del que se doctora sean los mejores. Y me alegraba mucho participar , los toreros sentimos cada alternativa como la nuestra».

Santiago Martín conserva el momento de la ceremonia , de ese rito sacro: «Antes las costumbres no eran como ahora, ahora se pasan un poco de discurseo ... Pero se mostraba un buen agrado a la persona que llegaba al doctorado con un buen sentido de la profesión. Y Manzanares lo tenía».

No, no imaginamos a Luis Miguel Dominguín con largos discursos. «Él era un hombre pragmático, dinámico y el observante más atento . Le dijo: "Como tienes buenas maneras, a seguir demostrándolas, y que tengas suerte"». El autoproclamado número 1 daba así el visto bueno al nuevo matador.

El maestro salmantino, con la humildad como raíz de su vida, dice que se ve a sí mismo «más defectos que virtudes», aunque son muchas las faenas que ha inmortalizado y que han escrito páginas de la historia de la Tauromaquia. Su recuerdo de la tarde de Manzanares es hermoso: «Estuvo extraordinari o, al margen de que dentro del paisanaje hubiera un poco de más de calor íntimo y familiar, con la plaza llena y una afición tan acalorada como la de Alicante . La verdad es que estuvo muy bien, sensacional, más allá de los máximos trofeos que consiguió. Las orejas no tienen mucha importancia, lo tiene el hecho en sí».

Dice El Viti que «el hijo tene muchas cosas del padre». «Tiene una rama en la forma de torear -comenta-, aunque creo que el padre tenía más torería. Alterné con él bastantes veces y tenía una solidez de torería más elevada ». Ay, la torería... «De los de hoy hay tres que tienen mucha». Que cada cual ponga sus nombres. Este 28 de octubre se condensa en Manzanares. Ecos de «Clarín» y clarines de arte. Año I después de un torero eterno e inolvidable .