Victoriano Valencia, tras abandonar el hospital: «Estoy feliz y recuperándome en casa de mi hija Paloma»

Después de casi dos semanas en el hospital madrileño de La Zarzuela, Victoriano Valencia se recupera en la casa de su hija Paloma Cuevas. «Estoy feliz, recuperándome en casa de mi hija Paloma . Ni ella ni Verónica ni mi mujer se separan de mi lado, soy muy afortunada», dice. Su familia lo es todo para el torero de las «faenas memorables» , como le definía José Luis Suárez-Guanes. Sus nietas Paloma y Bianca son su «fuente de felicidad, maravillosas».

«Esta mañana me ha visitado el doctor y me ha dicho que evoluciono bien, aunque siento presión en el vientre y ansiedad porque no duermo por las noches », explica. En el duermevela sigue perenne su espíritu de torero, elegante siempre. «Soñar con la Puerta Grande, imposible ya, me desvela», bromea el maestro.

El último representante de la dinastía Roger es historia viva del toreo, una historia que guarda en su memoria. Como los aficionados, que aún rememoran sus faenas a ' Carpeto' , ese novillo de Palha con el que deletreó hondamente el toreo y al que cuentan que hubiese podido cortar un rabo de no pincharlo, el 'Malvaloco' de Bohórquez, o su obra inmortal a 'Arábica' , un negro mulato herrado con el número 60 de Conde de la Corte en 1965. O un lustro antes, 'Talaverano' , de Samuel Flores.

Licenciado en Derecho, empresario, apoderado y por encima de todo torero, sigue la actualidad con preocupación, desde la cornada mundial del Covid-19, las salvajadas de hoy en la Barcelona con nostalgias de otrora, con la Monumental abierta, a la última dentellada que el lobo ha dado a las ganaderías bravas. «El Niño de la Capea me mandó una foto de lo que hace el lobo. Son tremendas las decisiones que se toman. ¡Qué barbaridad! Una manada de lobos tendría que llegar a La Moncloa para arreglar esto...».