Rodríguez Uribes se compromete a ayudar económicamente a la tauromaquia

El representante de la cartera de Cultura y Deportes mantuvo en la tarde de ayer una reunión telemática con varios miembros de la FTL, en la que se abordaron los problemas que afectan al sector taurino durante la crisis provocada por la pandemia de la Covid-19, tales como su reconstrucción y las ayudas extraordinarias que solicitan los profesionales taurinos.

El punto principal de esta videoconferencia, que el ministro dijo enmarcar «en la más absoluta normalidad » de las relaciones entre la tauromaquia y su departamento, fue la reclamación de que el sector taurino se incluya en las partidas económicas del proyecto de presupuestos generales del Estado (PGE), en los que, según la FTL, sufre «una marginación histórica y también insostenible en tiempos de crisis».

Victorino Martín, presidente de esta entidad, alegó que el mundo del toro se ha tenido que unir para conseguir, sin ayuda, fondos para su reconstrucción, «lo que no sucede con ninguna otra industria cultural», por lo que pide mayor implicación de Cultura.

El ministro, asegura el comunicado, propuso buscar esas ayudas en los fondos europeos y en parte de los PGE, para financiar así los proyectos del inminente plan de reconstrucción que está elaborando la Fundación y con los que Uribes se ha comprometido a colaborar ante el inicio de la próxima temporada tauirna.

Aunque la reivindicación de la FTL es que el toreo se incorpore a los presupuestos ordinarios de este Ministerio «en condiciones equiparables al resto de industrias culturales», Victorino Martín valora el paso de Uribes, pues estos proyectos «redundarán también en la economía general del país, al ser la tauromaquia un grandísimo dinamizador de la economía local».

En cuanto a las prestaciones extraordinarias a los profesionales taurinos establecidas ayer por el Consejo de Ministros, tanto la FTL como la Unión Nacional de Picadores y Banderilleros Españoles consideran que estos ya deberían estar gozando de ese derecho desde el 5 de mayo, cuando se le asignó por decreto ley a los artistas en espectáculos públicos, una categoría en la que están incluidos desde 1985 pero que no les reconoce el actual Ministerio de Trabajo.