Morante de la Puebla, por fin, toca el cielo de Sevilla

Por una vez no se ha cumplido lo de la decepción que sigue a la expectación. Hace días se había puesto el cartel de “No hay billetes” y el ambiente era extraordinario. ¿Un acontecimiento social? ¡Ojalá los toros vuelvan a ponerse de moda! Además de eso, hemos vivido un espectáculo único, en sus distintas facetas: belleza, valor, riesgo, competencia... Para mí, solo ha faltado que los toros de Cuvillo, astifinos, de buen juego, tengan más fuerza. (Eso, hoy en día, parece pedir peras al olmo).

Había apostado muy fuerte Morante en esta Feria de su regreso, toreando cuatro tardes (una más, en San Miguel). Ni uno solo de los seis toros anteriores le habían dado posibilidades. Quema su último cartucho. Sale muy decidido, en el primero, dibujando verónicas desiguales (alguna, muy buena). Los derechazos no salen limpios porque el toro puntea; saboreamos dos naturales lentísimos pero el toro se apaga y todo se queda en chispazos de arte, sin llegar a la hoguera. Pero quedaba el cuarto, “Dudosito”. Se empeña el diestro en el capote: una chicuelina, lances a pies juntos, media. Lo alivia en los capotazos por alto. En el quite, recurre a las chicuelinas. El comienzo de faena es tan sorprendente y arriesgado que la gente – creo yo – no se entera: el pase cambiado, en tablas, a muleta plegada, que ha sido causa de tantas cornadas. El toro, muy justo de fuerza, saca gran nobleza y permite que Morante despliegue toda su estética: naturales y derechazos a cámara lentísima, que ponen de pie a la gente, enloquecida . También despliega su fantasía: cuando el toro pisa la muleta, la recoge del suelo y, a dos manos, improvisa un molinete que parece de la Edad de Oro del toreo. Los naturales de frente son maravillosos y la forma de irse del toro, una delicia. El público ruge, no se cree lo que está viendo. Entrando con decisión, logra una buena estocada y sale pegando naturales; todavía aleja a los peones y acompaña al toro, en su agonía, como le gustaba hacer a Antonio Ordóñez. Las dos orejas son indiscutibles y la gente se felicita por haber podido ver esta faena.

Todos conocemos la casta del Juli, su orgullo profesional . En el segundo, que flojea, hace Roca Rey el primero de sus barrocos quites (no perdonará ni uno, en toda la tarde) y replica por chicuelinas. Brinda por televisión en recuerdo del ganadero Manuel Coimbra. La faena es técnica y valiente pero no remonta del todo. Mata con un salto exagerado y la espada queda mal. El quinto toro es muy flojo y parado. Después de la faena de Morante, resulta muy difícil conectar con el público, con otro estilo. Julián se empeña, a base de ambición y oficio: se “monta” encima del toro hasta que es revolcado dramáticamente . Por la sangre y la cojera, se nota que va herido. Mata a la tercera y pasa a la enfermería: sufre una cornada en el glúteo derecho, de pronóstico grave pero ha sellado su reconciliación con Sevilla.

El joven Roca Rey no se queda atrás en ningún momento. En sus dos faenas, muestra un valor tremendo, pero consciente, sabiendo muy bien lo que hace, y una capacidad fuera de lo común. En el tercero, alterna el clasicismo (suaves derechazos) con un valor casi tremendista, al aguantar los parones, y una variedad, al improvisar, que sorprende. Y, todo eso, sin sudar ni despeinarse. Al encuentro, la espada queda baja: oreja. En el último, que no ayuda nada, enlaza los cambiados con arrucinas, se saca al toro por donde quiere. La espada le impide cortar otra oreja pero deja una impresión inmejorable.

Al salir, veo venir, por la calle Iris, a un grupo de jóvenes que lleva en hombros a Morante, por las calles del Arenal , hasta el hotel, en Castelar: una estampa tan insólita como ha sido la faena. Por fin, Morante ha llegado al cielo; ese cielo tan azul, querido Antonio Burgos: el de “la Pura y Limpia” del Postigo, el de Murillo y Velázquez, el que rayan apenas los vencejos, a la caída de la tarde. El cielo de Sevilla.

PARTE FACULTATIVO

Termina la intervención quirúrgica al torero. Sufre «una cornada en región glúteo derecho de 15cm. que lesiona músculo glúteo mayor. Se practica limpieza, reparación de planos musculares y drenajes, de pronóstico grave», según el parte del doctor Octavio Mulet.

SEXTO TORO

El viento sigue molestando. Igual le da a Roca Rey , que se va a los medios a intrumentar el pase del péndulo. El toro se para a mitad de viaje. Le tira la montera. Se pone a enredar el toro con ella. Aguanta. Bárbaro el joven peruano!! Y le pega los cambiados en una explosión de valor. La faena aúna cabeza y una entrega descomunal. Ambiciona el triunfo Andrés Roca, que abrocha con muletazos milimétricos por delante y por detras de lexatín. Pedazo valor. Impactante. Lástima el acero. Dos pinchazos y estocada. Gran ovación de despedida.

QUINTO TORO

El quinto no es como el anterior. No perdona el quite Roca, con tafallera, cordobina... El Juli va haciendo poco a poco el toro en la muleta. Le saca meritorios muletazos. El toro le propina una voltereta horrorosa en un derechazo. Lo aúpa, el pitón le mete el pitón por la parte trasera de la taleguilla. Ya en la arena, le ponen los pitones en el pecho en una imagen escalofriante. Va herido en el glúteo, pero con raza de figura continúa toreando. Dos pinchazos y estocada. Saludos. Pasa a la enfermería en medio de una ovación.

CUARTO TORO

Último toro de la feria para Morante, que deja un ramillete de verónicas que son una delicia, con una media fantástica. No tiene mucha gasolina brava el toro pero sí nobleza. Morante, en medio de un silencio de expectación, en posición de cartucho de pescado, cita al toro y le traza uno de pecho. Los ayudados por alto tienen un sabor añejo de otra época. Se lo saca a los medios y dibuja una serie a derechas que desata los oles más fuertes. Y suena la múscia. A cámara lenta Morante en la siguiente con un Dudosito de mucha clase, ideal para el sevillano. Cuando cambia a la zurda, el toro echa un poquito la cara arriba, ya cerca de las rayas. No hay conjunción en el primero pero en los dos siguientes hay naturales de categoría. Le rompe el estaquillador e improvisa un molinete. Cuando cambia la muleta, cuaja una serie a izquierdas, con naturales de máxima categoría. Naturalidad, expresión, estética y hondos muletazos en una faena de temple mayúsculo pese al viento. Y a perfilarse... Lo mata de una espada. La Maestranza se viste de blanco: ¡dos orejas! En el último minuto tuvo que ser. Ovación para el noble Dudosito.

TERCER TORO

Roca Rey saluda de rodillas al tercero. Hay runrún en la plaza para ver a esta joven revelación peruana, que vuelve a echarse el capote a la espalda en el quite. Valor de principio a fin en su faena, con mucha seguridad, con un punto muy pererista y castellista. Series fenomenales con un estupendo toro. Aguanta parones y cierra por bernadinas con la muleta ondeando, meritísimo, con los remates con gusto. Lástima que la estocada se caiga. Estocada caída al encuentro. ¡Oreja! Cabeza, sitio y enorme proyección la del peruano.

SEGUNDO TORO

El segundo toro, Aguaclara, derriba al picador de manera espectacular. Roca Rey se echa el capote a la espalda en el quite, ceñidísimo, aunque hace que el cuvillo se pegue un volatín. El Juli replica por chicuelinas de mano baja y buen remate al notable toro. La gente, en pie. Brinda se lo dedico a la familia de un buen amigo que ayer lamentablemente nos dejó, Manuel Coimbra (ganadero portugués). El Juli se dobla torero ye baja mucho la mano por ambos pitones. Asentado Julián, con buenas series, pero el toro se apaga rápido y no llega a sonar la música. Estocada defectuosa. Saludos.

PRIMER TORO

Bellísimos y toreros las verónicas de Morante al primero, que se defiende y suelta mucho la cara. El de La Puebla, en su cuarta corrida del abono (incluido Resurrección), lo intenta con técnica con un toro que se mueve sin clase y que echa la cara arriba, cabeceando, en cada muletazo, aunque los hay de buen sello. Dos pinchazos, media y tres descabellos. Silencio.

Ambiente

Ambientazo tremendo en la Maestranza. No cabe un alfiler. La gente sigue colocándose en sus localidades mientrras se va a abrir la puerta de chiqueros para que comience el espectáculo

Paseíllo

Con cartel de no hay billetes, hacen el paseíllo Morante de la Puebla, de verde botella y oro; El Juli, de nazareno y oro, y Roca Rey, de verde hoja y oro.

Sorteo

La sesión doble de Núñez del Cuvillo continúa hoy. Licenciado abrirá plaza.

Cartel

¡Buenas tardes! Bienvenidos a la décima tercera corrida de la Feria de Abril de Sevilla. Cartelazo con Morante de la Puebla, El Juli y Andrés Roca Rey.

Esta mañana se ha realizado el sorteo de los toros de Núñez del Cuvillo que esta tarde se lidiarán en la decimotercera corrida de la Feri de Abril. Cartel de máxima expectación , que colgará el No hay billetes. Morante de la Puebla, El Juli y Roca Rey conforman la terna estelar. Este es el orden de lidia:

1º Número 74. Licenciado. Melocotón. 557 kilos. 11/2011

2º Número 161. Aguaclara. Colorao. 535 kilos. 12/2011

3º Número 62. Encendido. Colorao. 541 kilos. 11/2011

4º Número 181. Dudosito. Colorao. 537 kilos. 12/2011

5º Número 202. Comilón. Negro mulato. 548 kilos. 01/2012

6º Número 22. Nenito. Negro mulato. 569 kilos. 11/2011

Los sobreros son:

1º Número 140. Currillo. Ensabanao botinero. 568 kilos. 12/2011

2º Número 243. Vitorito. Colorao. 525 kilos. 04/2012

Las cuadrillas:

1. MORANTE DE LA PUEBLA

Banderilleros:

José Antonio Carretero (Berenjena y azabache)

Antonio Jiménez 'Lili' (Negro y plata)

Francisco J. Sánchez 'Araújo' (Ciruela e hilo blanco)

Picadores:

Aurelio Cruz (Tabaco y oro)

Cristóbal Cruz (Sangre de toro y oro)

2. EL JULI

Banderilleros:

Álvaro Montes (Pizarra y plata)

José María Soler (Verde mar y plata)

Fernando Pérez (Rosa y plata)

Picadores:

Diego Ortiz (Verde y oro)

Salvador Núñez (Grana y oro)

3. ROCA REY

Banderilleros:

Francisco Durán 'Viruta' (Berenjena y plata)

Juan José Domínguez (Negro y azabache)

Francisco Gómez (Rosa palo y azabache)

Picadores:

Manuel Molina (Verde y oro)

Sergio Molina (Azul marino y oro)