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ABC Cultural

Un superior Juli entre los colonizadores de Santander

Sale a hombros con Perera y Ureña con una buena corrida

Un superior Juli entre los colonizadores de Santander efe

Rosario pérez

«Recadero» se llamaba el toro que abrió plaza. Sus mansitas pero nobles y repetidoras embestidas se encontraron con un receptor de lujo: El Juli, que exprimió la energía transmitida por el ejemplar de Domingo Hernández. Bárbaro de principio a fin, desde los pases cambiados ... por la espalda, hilvanados a unos redondos totalmente atornillado. Asentamiento de colonizador durante toda la obra. El doble lenguaje del sometimiento y el consentimiento imperó en la primera tanda diestra, mientras «Recadero» hacía amagos de huir. No lo permitió el sabio matador, que en la segunda serie zurda entendió que lo mejor era cambiarlo de terrenos para explotar largos naturales. Regresó a la otra mano, con el toro imantado a sus telas, el hocico lamiendo los flecos, y los hilos como barrenderos de la arena. El espléndido y apabullante festín continuó con el circular invertido, el pase de pecho visitando todo el lomo, el torero desprecio. De todo hizo entre la admiración sincera y unánime de los tendidos, sin necesidad de desplantes populacheros ni rodillazos. Pese a que la estocada cayó defectuosa, la plaza se vistió de publicidad de Ariel y paseó dos orejas entre la algarabía.

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