Ignacio González: «Todos los amantes de la libertad y la cultura estamos obligados a defender la Fiesta»

No es la primera vez que entrego un premio a Victorino pues el año pasado tuve la ocasión de entregarle el Premio de Cultura 2011 en su categoría de tauromaquia. Además, con el valor añadido de ser la primera edición que incluía entre sus categorías la tauromaquia.

En 2012 decidimos que los premios regionales de mayor reconocimiento en el ámbito cultural debían de tener un apartado para los toros, y quien mejor para inaugurar esta categoría que concedérselo a Victorino Martín.

De todos es conocido el apoyo de la Comunidad de Madrid a la Fiesta Nacional, y con la creación de esta nueva categoría queríamos reconocer la aportación a la sociedad madrileña de un hecho cultural evidente.

La tauromaquia es, sin duda, la expresión más profunda y particular de la tradición, del arte y de la cultura española.

Nuestra Fiesta ha impregnado todas y cada una de las bellas artes que se han realizado en España. Está presente en los cuadros de Goya y de Picasso, en la escultura de Benlliure, en la música de Falla o de Bizet, en la poesía de García Lorca y en el cine de Welles o de Almodóvar.

Todos los amantes de la cultura y de la libertad estamos llamados a defenderla frente a la intransigencia, la imposición y el autoritarismo intolerante de unos pocos.

La Comunidad de Madrid declaró el mundo del toreo Bien de Interés Cultural en abril de 2011.

Con ello, destacamos el respeto y la admiración que muchos ciudadanos sienten por nuestra Fiesta y la voluntad de protegerla como manifestación artística de una de las más hondas tradiciones españolas.

En estos días se ha aprobado en el Congreso la ILP taurina que también pretende declarar los Toros Bien de Interés Cultural y proteger la Fiesta en todo el territorio nacional.

Ayer conocimos las conclusiones del informe de la Comisión de Trabajo para el Fomento y protección de la tauromaquia.

Esperemos que todas estas iniciativas sirvan para fortalecer la Fiesta Nacional.

Señoras y Señores,

Entre los taurinos se da una gran importancia a los premios porque entienden que son galardones merecidos, ya que se ganan jugándose la vida delante de un toro, o como es en este caso «haciendo» al toro.

Permítanme que les cuente una anécdota que ilustra lo que les digo: Cuando comenzaba su carrera periodística Gregorio Corrochano, famosísimo cronista taurino de esta casa a principios del siglo XX, le preguntó a Rafael Gómez, «El Gallo», qué le parecía que le hubieran concedido el premio Nobel a Santiago Ramón y Cajal. Y un miembro de la cuadrilla de El Gallo le cortó diciendo «vaya pregunta le hace al maestro… si se lo han dado a los tres será porque se lo merecían, digo yo».

Para cualquier aficionado a los toros, este premio que hoy entregamos tiene una especial importancia porque es la primera vez que reconoce la profesionalidad y el trabajo bien hecho de un ganadero; pero, también es un homenaje al toro, protagonista de nuestra Fiesta y, en definitiva, al espectáculo.

Dice Victorino que «sin toro no hay espectáculo» y, por eso, lleva 50 años dedicado a que sus toros den una auténtica exhibición cada vez que salen al ruedo. Pero, lo más importante de Victorino es que lleva 50 años dando al público lo que pide: nada más y nada menos que toros bien presentados, con trapío, con casta y con fuerza.

Victorino ha conseguido algo que está a la altura de muy pocos, como es llenar las plazas con el solo anuncio de su presencia. Cuando su ganadería está en el cartel, la gente sabe que va a disfrutar de un gran espectáculo y comenta que va a los toros, no a ver a un torero concreto, sino «a ver los victorinos». Y eso, insisto, está a la altura de muy pocos.

Este año se cumplen 31 años de la que los entendidos denominaron «corrida del siglo»; y que fue uno de los días más felices en la vida de Victorino Martín.

También se cumplen 31 años de otro acontecimiento histórico que protagonizó «Velador», un Victorino cárdeno, que tiene el honor de ser el único toro indultado en Las Ventas.

Todo esto, unido a que Victorino lleva tres décadas triunfando en Madrid y consiguiendo que sus toros den la vuelta al ruedo, ha hecho que se haya ganado la confianza entusiasta de la afición madrileña, que acude a sus corridas con la garantía de no salir defraudados, porque, como dijo José Antonio Campuzano, «Victorino es más estable que el dólar».

Victorino es garantía de corrida de impecable e irreprochable presencia, de casta, de nobleza y de diversión en los tendidos. Victorino es sinónimo de toros como Dios manda y de toros con mayúsculas para consagrarse como figura del toreo. Y eso es lo que se premia y se reconoce hoy.

Querido Victorino, ¡enhorabuena por este Premio! Una enhorabuena que es especial por varias razones. Primero, porque el jurado lo han formado auténticos primeros espadas de la crítica y de la afición. Y, además, porque lo otorga ABC, que, a lo largo de su historia es, sin duda, el periódico que más y mejor ha cuidado sus páginas taurinas.

No podía haber elegido a nadie mejor.

Muchas gracias.