Fabes y Terracota

No sabemos su nombre, aunque siendo chino daría igual, que ya saben que ellos, entre nosotros, se ponen un alias en castellano. Por eso, a este Guerrero de Terracota de Xian que se ha pasado toda la semana en la capital asturiana (incluso se le vio charlar con Woody Allen), vamos a llamarle Manolo.

El tal Manolo (seguro que se llama Ling, o Liu, como el de la tienda de mi barrio) es un figura. Posa para los fotógrafos, se echa unas sidrinas, se apunta a unas fabes, y dice que el domingo, ya que le pilla de paso, va darse una vuelta por Corea a ver Fernandín Alonso y su Ferrari.

Están en todo estos chinos. No pierde comba Manolo. Se cuenta por la calle Uría que mañana se va a subir los Lagos de Covadonga. Joder, para ser de terracota, pedazo de marchón que tiene el guerrero. Cuando vuelva al Mausoleo, le nombran algo, seguro. Y qué bien que le sentaba la camiseta de la Roja. EL Guaje de Xian vamos a llamarle desde ahora. Porque es una réplica, que si no montaba un todo a 1 euro, aquí al ladito de la Catedral.