'Francisca', la historia de la primera mujer que logró el divorcio por violencia de género

El Teatro Quique San Francisco acoge la obra escrita por Borja Rodríguez en la que recoge la historia de Francisca de Pedraza

La primera mujer que luchó contra el maltrato en el siglo XVI

Elena Rey y Anabel Maurín, en una escena de 'Francisca' ABC

Madrid

19/10/2023 a las 19:14h.

Francisca de Pedraza nació en Alcalá de Henares alrededor del año 1600. Huérfana de ambos padres, fue educada en el colegio de doncellas del convento de San Juan de la Penitencia. Allí la vio Jerónimo de Jaras, un rico terrateniente, a quien se ... otorgó la mano de Francisca. Se casaron en 1612; en la misma noche de bodas ya la maltrató, y solo dos años después la mujer intentó huir de él refugiándose en un convento. De allí la sacó su marido casi a golpes. En 1618 presentó su caso ante el corregidor de Alcalá de Henares y dos años después (ya con dos hijos y un aborto) interpuso una demanda de divorcio en el Palacio Arzobispal, que fue denegada. El calvario de Francisca duró seis años más -un día de 1622, con ella embarazada, su marido le dio tal paliza en plena calle que el feto salió disparado de su cuerpo- hasta que gracias al nuncio papal lleva su demanda a través de la Audiencia Escolástica Universitaria. El joven rector Álvaro de Ayala dictó sentencia de separación matrimonial con la devolución de su dote y la mitad de los bienes del matrimonio, además de una orden de alejamiento 'erga omnes'.

La historia de esta mujer sube al escenario en 'Francisca', una obra escrita por Borja Rodríguez, a partir de una idea de Anabel Maurín, y dirigida por Fredeswinda Gijón; se estrenó hace dos años en el Festival de Almagro y llega ahora al Teatro Quique San Francisco -hasta el 18 de noviembre- con un reparto que incluye a Carolina Lapausa y Elena Rey -que se alternan como Francisca-, Antonio Lafuente, Anabel Maurín y Esther Acevedo y la música en directo de Silvia Nogales. Se busca, dicen sus responsables, ir más allá de contar su historia y enlazarla con las historias de tantas mujeres que hoy en día siguen sufriendo la misma violencia. Además, pretende -continúan- plantearnos nuestro papel como sociedad ante estos hechos.

«Lo que consiguió Francisca de Pedraza es absolutamente extraordinario en el sentido más literal de la palabra -dice Elena Rey, una de sus intérpretes-. Para mí es una inspiración continua; lo que más impresiona es que lo consiguió por su perseverancia y, sobre todo, por su vitalismo. En la obra se dice que 'está agarrada a la vida como una lapa', y así debió de ser. Si no, no se explica que pudiera sobrevivir a lo largo de diez horribles y tortuosos años a la violencia brutal que Jerónimo de Jaras ejerció sobre ella; a las palizas bestiales y continuas, a las vejaciones físicas y psicológicas a las que fue sometida. No dejó de luchar y luchar y luchar y al final logró lo que perseguía. No sabemos lo que pasó después, no hay testimonios; quizás su marido la mató igualmente, pero lo que se quiere destacar en esta puesta en escena es su figura y cómo su lucha y su amor por la vida lograron algo que era imposible».

La actriz siente agradecimiento hacia Francisca de Pedraza. «Por muy duro que sea el camino que me toca recorrer en la piel de Francisca, siempre me deja muy en paz; exhausta pero en paz. Me agarro a sus ganas de vivir e incluso los días que tengo función y estoy desanimada por razones personales, Francisca me ofrece la posibilidad de agarrarme a la vida como una lapa, igual que ella, y eso es un regalo para mí como actriz y como mujer».