José Luis Gómez: «Todo hombre tiene derecho a la esperanza»

El siguiente paso fue buscar la colaboración de Javier Huerta Calvo, secretario de la Federación Universitaria Española, «donde hay una extraordinaria biblioteca mística. Fuimos poco a poco, a través de ella, descubriendo que el rigorismo ideológico de los sermones ejercido durante años como propaganda fue una de las causas de la decadencia española, que llega hasta la Guerra Civil y el franquismo. Y, al final, incluimos un convivio de historiadores como Gregorio Marañón, Nicolás Sánchez Albornoz o Américo Castro, que aportan pruebas fehacientes de cómo ese rigorismo contribuyó a la decadencia del Imperio Español y terminó en la guerra civil, que es la mayor catástrofe de nuestra historia».

Cuenta José Luis Gómez que durante el proceso de creación del espectáculo visitó con frecuencia el Museo Nacional de Escultura de Valladolid - «allí hay un gran tesoro de imágenes místicas»- y su directora, María Bolaños, me facilitó un libro editado por el propio museo, 'Arte de épocas inciertas'. de María Luisa Caturla -una mujer que fue amante de Ortega y Gasset, con el que tuvo dos hijos-, que es fundamental para la evolución del arte contemporáneo,

Define el académico el espectáculo que dirige como «singularísimo», y lo entronca en su propia vida, «una vida muy especial. «Yo emigré, por razones culturales, no políticas, a Alemania en 1958. Me fui a estudiar a la Westfälische Schauspielschule, el Conservatorio de Westfalia, una de las mejores escuelas de arte dramático del mundo. Yo era francófono desde pequeño, el francés era mi segundo idioma, pero esa idea loca de estudiar en un conservatorio alemán contribuyó a mi pasión por la lengua, y concretamente por la lengua española. El alemán tiene una riqueza de vocales y de consonantes impresionante, que a mí me fascinaba, y es de una precisión sorprendente. Justamente fue la unión de vocales y de consonantes la que permitió hablar a los seres humanos por primera vez. Homero decía que la evolución comenzó cuando el hombre empezó a emitir 'aire semántico por el círculo de los dientes', fíjese que expresión tan maravillosa»,

«Cuando llegué a Alemania -sigue Gómez su relato-, era un país ocupado, con los soviéticos estaban en Berlín y los aliados en el resto del país. Estudiar el idioma me llevó a la radio y la televisión, donde descubrí día tras día el intenso proceso de 'desnazificación' que había emprendido el Gobierno conservador de Konrad Adenauer, y que era por otra parte relativamente lógico porque ese país había provocado la segunda guerra mundial y un holocausto espantoso».

Esta doble experiencia lingüística y política de su etapa en Alemania desembocan en 'Vuelan palomas', explica Gómez -que resuelve así el puzle- por su condición de espectáculo interesado en la lengua y al mismo tiempo en la memoria. «Desde que volví a España me he ocupado de hacer un espectáculo tras otro sobre la memoria histórica, desde 'La velada en Benicarló', de Azaña, a 'Unamuno: venceréis pero no convenceréis'. Y 'Vuelan palomas' sigue esa línea, y tiene que ver directamente con la experiencia de asistir a ese proceso de desnazificación durante mis años de formación en Alemania».

Que vivimos tiempos inciertos parece irrefutable, pero ¿qué es lo que más le preocupa a José Luis Gómez en esta época de incertidumbre? «Son tiempos de antropógeno... El cambio climático puede ser una catástrofe para la humanidad... -reflexiona-. Es muy difícil que se encuentre solución para eso porque algunos de los países que más contaminan, China o India argumentan que quien ha contaminado más el planeta son los países europeos -lo cual es cierto-, y que tienen derecho a alcanzar el bienestar que nosotros tenemos gracias a esa contaminación inmisericorde del planeta.

La única solución es que los países más afortunados, los que más han contaminado, contaminen menos, y que las grandes fortunas de esos países contribuyan más. La riqueza del planeta se acumula en muy pocas manos, y la solución al cambio climático pasa por que esos individuos que tienen una riqueza acumulada increíble, los multi-multi-multi-millonarios, que existen, contribuyan más. De ahí, que en este momento, son necesarios gobiernos que repartan y que distribuyan la riqueza, y eso solo puede ocurrir imponiendo tributos a los más ricos».

Abre José Luis Gómez unos segundos de pausa y concluye: «Estas son conclusiones que yo extraigo al hilo de este trabajo y que han ido surgiendo, al mismo tiempo que las evidencias».

Ha hablado el actor, director y gestor teatral de su preocupación por la memoria histórica, en tiempos incluso en que este término no se acuñaba. ¿Cree que en estos tiempos inciertos pueda emplearse más como revancha que como aprendizaje?. «No, no, no -se apresura a responder-. La memoria histórica es una necesidad. Haya costado lo que haya costado desmantelar el Valle de los Caídos, era inconcebible... Y ahí no hay revancha ninguna. Hubo un golpe de Estado falaz; el Ejército se rebeló contra el gobierno constituido, y las consecuencias han sido terribles, porque la consigna de los vencedores de la guerra civil fue exterminar a todos los que no pensaran con ellos. ¿Revancha? ¿De quién? La revancha fue de los vencedores. Sería muy peligroso confundir revancha con justicia. Hay que ser muy cuidadoso al elegir los términos... Yo creo que es un tema de justicia... Aparte de que el humanismo, que representa hoy la Unión Europea, es el único camino; lo decían ya todos los historiadores, desde Sánchez Albornoz, presidente de la República en el exilio, hasta... Todos. Esto es crucial para que podamos vivir en paz en el mundo. Ese humanismo está representado por la Unión Europea, y es nuestra única salida, no hay otra».

De vuelta a la lengua -el otro pilar de 'Vuelan palomas'-, el evidente empobrecimiento, la degradación del lenguaje, ¿degrada la sociedad o es consecuencia de ella? «No nace de la sociedad, nace de la evolución social, de qué se privilegia más o menos en estos momentos. España es un país en el que la educación está descuidada... Hay algo que siempre digo, después de haber dedicado este verano -no exclusivamente, pero sí intensamente- a leer a Platón, que ninguna persona que abrace la carrera de la política puede ejercerla sin leer a Platón. Sin leer la 'República' es imposible. Sin saber lo que es el interés común es imposible -silabea la palabra para enfatizarla- ejercer la política. La educación es nuestra salvación o nuestra némesis, ahí no hay otra... Igual que nuestra única salida es el humanismo que representa la Unión Europea».

Alguien llama a la puerta; es hora de reanudar el ensayo y José Luis Gómez se despide y se dirige hacia la sala. Una última pregunta. «Después de todo lo que me ha dicho, ¿es usted optimista?». «Todo hombre tiene derecho a la esperanza», concluye al tiempo que esboza una sonrisa traviesa.