Tim Robbins: «Los actores contra la guerra tenían razón, deberían ser ellos los expertos militares»
Está en Madrid para presentar «1984», una adaptación teatral de la novela de Orwell dirigida por él e interpretada por The Actor's Gang, la compañía que creó en 1981, y que subirá mañana al escenario del teatro María Guerrero
Lo primero que hizo Tim Robbins al llegar a Madrid, el lunes a mediodía y después de un largo vuelo desde Los Ángeles, fue pedir una bicicleta, con la que se marchó a dar una vuelta por el centro de Madrid -hoy por hoy, toda ... una temeridad-; por la tarde, visita al Reina Sofía y cena entre amigos. Ayer tocaba encuentro con la prensa para la presentación de «1984», el montaje que su compañía, The Actor´s Gang, presenta a partir de mañana en el teatro María Guerrero. En la rueda de prensa se habló de teatro -«1984 es una historia más relevante hoy que cuando se escribió»; «en un mundo de mentiras, la verdad es un acto revolucionario, te convierte en un ser peligroso, y nosotros queremos convertir a los espectadores en personas peligrosas»; «un teatro es una advertencia»- pero, sobre todo, se habló de política: «Los Estados usan la intimidación, se gobierna a través del miedo». «¿Qué ha cambiado en la Casa Blanca con Obama? Que ahora hay allí menos criminales». «La verdad no es importante a la hora de contar la historia; si lo fuera, los que estaban equivocados hace cuatro o cinco años con respecto a la guerra hubieran sido despedidos». «Es estúpido gastarse dinero en cámaras de seguridad». Tras este encuentro, el actor habló con ABC.
- ¿Qúe hace que una estrella de Hollywood como usted siga vinculado al teatro? ¿Qué le aporta artísticamente?
-La libertad más absoluta es un actor en un teatro. Y en mi caso trabajo con gente a la que conozco desde hace treinta años. Tenemos un vocabulario común, y no hay que entrenar a los actores para que se conviertan en una compañía.
- Parece una compañía más europea que estadounidense.
-Es que nuestra influencia es europea. Empezamos con «Ubú Rey», de Alfred Jarry, y seguimos con el expresionismo alemán, con Chéjov, Brecht. Y también me influyó mucho el trabajo con Georges Bigot, un actor del Théâtre du Soleil que me descubrió a su creadora, Ariane Mnouchkine; ella ha sido una inspiración mayor y más constante que el realismo estadounidense o los actores del método.
- ¿Hay historias para contar en el teatro e historias para contar en el cine?
-No importa el medio. Lo bonito del teatro es que es una experiencia viva en la que un grupo de extraños se reúne y que durante la función se convierte en una comunidad. Y eso no pasa en el cine.
- «1984» habla de libertad, de vigilancia... ¿Cree usted que nos estamos haciendo esclavos de los medios -internet, teléfono móvil- creados en teoría para que seamos más libres e independientes?
-(Saca el móvil del bolsillo y simula que contesta una llamada) Perdón. ¿Sí? (Y suelta una sonora carcajada). ¿Cuál era la pregunta?... Sí. Tiene razón. Pero internet puede ser una gran fuerza en favor de la libertad. Todos los movimientos que hubo en 2003 en Estados Unidos en contra de la guerra fueron posibles por la gasolina que le echaba internet. Todas las cadenas de televisión, todos los periódicos, nos estaban dirigiendo hacia la guerra. Internet fue una voz diferente, por eso es tan importante que lo mantengamos protegido y libre. En febrero de 2003, millones de personas en todo el mundo en más de quinientas ciudades salieron a la calle para tratar de parar la guerra. Esto no había pasado nunca en la historia de la humanidad. Eso es lo extraordinario. Y ha sido un movimiento muy poderoso generado por internet.
- Usted siempre ha destacado por su compromiso político, del que se habla tanto o más que de su trabajo. ¿Lo siente como un deber o una responsabilidad?
-A lo largo de la historia ha habido otros actores involucrados o comprometidos políticamente; sí es singular y único en este momento. Mi pregunta es: ¿Esto es un accidente o es intencionado? He oído que hubo actores españoles muy involucrados en contra de la guerra, y que la gente les decía que se callaran porque sólo eran actores. ¿Es así, verdad? Pero esas personas estaban equivocadas y los actores tenían razón en su oposición a la guerra. Así que ahora los expertos militares deberían ser los actores, y se debería evitar que los que les llamaban estómagos agradecidos salieran nunca más en la televisión. Sus errores costaron cientos de miles de vidas humanas.
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