Un intelectual absoluto
Me precio de haber sido amigo de José Luis, le llamaba todos los días porque él, que cuidaba mucho la estética, prefería que no fuéramos a verle. La enfermedad le apagó su ánimo, pero como caballero que fue, mantuvo siempre la correción. La pérdida casi ... total de la visión cercenó su condición de lector empedernido y persona cultísima. Era un hombre autodidacta, de una preparación extraordinaria. Escribía como los ángeles, dibujaba maravillosamente, interpretaba, dirigía... ¿qué más se puede pedir? Era un intelectual absoluto, de cuya conversación se traslucía su gran preocupación por la sociedad, por el rumbo de la política, por la formación de la gente y los valores perdidos.
José Luis era además un hombre creyente, practicante y muy buen padre. Ha muerto rodeado de sus seres queridos. Se nos ha ido un referente muy importante de la escena española. Vendrán otros genios, pero su hueco no lo podrá llenar nadie nunca.
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