Forever King of Pop conquista al público de París

Etapa importante de su gira internacional, Forever King of Pop, el parisino Palacio de Congresos -4000 plazas- se puso en pie, agitando los brazos, aplaudiendo, a la tercera o cuarta repetición, para corear “We are the world”.

Con esos aplausos culminaba la presentación parisina del gran espectáculo que, visto desde Europa, tiene algo de único y excepcional: una banda de creadores españoles, músicos, bailarines, coreógrafos, etcétera, capaces de montar un espectáculo en inglés, dirigido a todos los públicos -en París incluso había abuelos con sus nietos-, glosando la figura revolucionaria de un cantante norteamericano, apasionando a los públicos más diversos. En el parisino Palacio de Congresos había familias musulmanas con sus hijos (madre con velo islámico), muchos franceses del más diverso origen étnico, turistas japoneses, españoles de paso, turistas norteamericanos, unidos, en pie, ante un espectáculo español en lengua inglesa.

En ese triunfo influyen muchos factores, quizá: la universalidad del legado musical de Michael Jackson, sin duda. Pero, también, como olvidarlo, el talento de los jóvenes creadores españoles, capaces de afrontar con éxito un desafío internacional de esa envergadura.

Ya que, en definitiva, Forever King of Pop no solo glosa y pone en escena música y canciones de Jackson. También consuma un trabajo creativo muy fuera de lo común, que parte de Jackson, pero descubre terrenos propios. Yolanda Torosio Hernández, por ejemplo, ha concebido una coreografía excepcional para medio centenar de bailarines. Y también deslumbra ella misma, en solitario, en un pasaje propio de rabiosa belleza. Guillermo González Cáceres ha trabajado un proyecto musical que se sirve de los grandes recursos de Jackson, claro está, pero los “funde” en un universo iluminado con mucho talento. ¿Cómo olvidar el talento creativo de Jesús Sanz Sebastian...?

Forever King of Pop “solo” es un musical, sin duda. Pero, a través de pequeños textos que enlazan secuencias, a través del “engranaje” del espectáculo, el director artístico del espectáculo también crea una obra propia, utilizando los recursos propios del género, de las “citas” de grandes musicales a las referencias radicales a una actualidad universal, bien presente en la obra de Jackson por otra parte.

De ahí, finalmente, que un público cosmopolita, venido de muchos horizontes, pueda reconocerse en la creación española de un espectáculo basado en la obra de un grandísimo creador norteamericano.