Cárcel de mujeres con niño
Cárcel de mujeres con niño
Leonera
((( Argentina 2008 113 minutos Género-Drama Director-Pablo Trapero Actores-martina Gusman, Rodrigo Santoro, Eli Medeiros
ABC
«Leonera». Martina Gusman es una mujer que dará a luz en la cárcel
«Allí, donde la vida se paraliza, es donde ella dará a ... luz: dar a luz a la sombra»
E. RODRÍGUEZ MARCHANTE
A esta película del director argentino Pablo Trapero le han precedido otras muy interesantes de él, como «Mundo grúa», «El bonaerense» o «Familia rodante», y aunque sólo fuera por ello, «Leonera», en contra de lo que sugiere el significado de la palabra, ha de ser un lugar aconsejable para visitar.
Si algo identifica al cine de este director es que te lo pone muy delante, pegado a la nariz, tan cerca que es incómodo para hipermétropes y remilgados. En esta ocasión, puesto que el personaje protagonista, una joven, y su historia transcurren casi íntegramente en la cárcel, el interés cinematográfico de Trapero consiste en que el espectador participe, dentro de lo posible, del olor, del ambiente, de la sensación y desasosiego propios de las prisiones, lo cual coloca ese afán de veracidad como algo ingrato, pero que no llega a lo desagradable o enojoso, como en la peor/mejor pornografía, otra muestra de hiperrealismo.
Se entra a la cárcel con la protagonista, una joven acusada de asesinar a su amante. Sobre los intereses argumentales de Trapero habla el hecho de que en ningún momento sabremos si la joven es inocente o culpable; ella, también parece ignorarlo, pues está sumida en un profundo «shock». Permaneceremos a su lado, en prisión, solidariamente, con independencia de su condición de acusada y condenada. Aunque, permanecer sea un término equívoco: la película es un viaje (sin moverse del trullo) desde el abandono vital hasta las ganas de vivir, una especie de «road movie» emocional en la que ella se embarca en la aventura de tirar para adelante justo cuando lo que le ponen en frente es una pared. Otra gran contradicción sería que allí, donde la vida se paraliza, es donde ella, embarazada, dará a luz: dar a luz a la sombra.
La médula del argumento es la relación dentro de esa cárcel de mujeres con hijos pequeños a su cargo; un lugar, pues, invivible para críos, para adultos, presos y carceleros, donde el barullo, la bronca, es lo que precede a la ternura, a la solidaridad, que es igualmente lo que precede a la bronca, al ruido, a los temores, a los vínculos e intimidades, que son tan extremos como su envés, la incomprensión y la hostilidad, encarnada por su propia madre.
El cine carcelario, todo un subgénero, es un hervidero de tópicos, y eludirlos todos es tan imposible como, tal vez, ridículo. Trapero no construye una película que se adorne de frase hecha, aunque la bondad y la maldad ocupen sus inequívocos lugares. Su retrato franco, cuidadosamente «sucio», de grano grueso, te lleva a la sospecha de que es cierto lo que parece: una joven, la actriz Martina Gusman, sobrevive en ese ambiente entre presas, todo un fondo actoral cargado de halo presidiario (o lo están, o lo han estado o, no seamos agoreros, lo estarán)... Gran fondo, sí, pero con una muy buena actriz en primer término: Martina Gusman padece su equívoco personaje, y no suelta al espectador ni siquiera en su complejo -éticamente- desenlace.
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