En un lugar de Fernando Arrabal: el Matadero estrena «Pingüinas»

Para desesperación de Pérez de la Fuente, el texto se hizo esperar. Llegó a punto de acabar el año 2014. En él no estaban ni Don Quijote ni Sancho Panza, como había imaginado el director. Fernando Arrabal, genio y figura, había escrito una surrealista historia sobre las mujeres que rodearon a Miguel de Cervantes , como su abuela Torreblanca , su hermana Luisa de Belén o su sobrina Constanza . Arrabal las trajo al siglo XXI, las convirtió en moteras y las bautizó como « pingüinas » (en referencia a la popular concentración de moteros que se celebra anualmente en Valladolid).

« Pingüinas » verá la luz hoy en las Naves del Español, en Matadero Madrid , en un espectáculo dirigido por el propio Juan Carlos Pérez de la Fuente . El reparto lo encabezan María Hervás, Ana Torrent y Marta Poveda , a las que acompañan Lara Grube, Ana Vayón, María Besant, Lola Baldrich, Alexandra Calvo, Badía Albayati, Sara Moraleda y Miguel Cazorla (que interpreta a Miho, Miguel de Cervantes). El equipo artístico lo forman Marta Carrasco (movimiento escénico y coreografía), Emilio Valenzuela (escenografía y audiovisuales), Almudena Rodríguez Huertas (vestuario), José Manuel Guerra (iluminación), Luis Miguel Cobo (composición musical y espacio sonoro) y Joan Rodón (audiovisuales).

«He estado toda mi vida dándole vueltas a Cervantes; conozco a la familia de Cervantes como si fuera la mía», dice Fernando Arrabal, que ha encontrado en esta obra, según sus propias palabras, «la ocasión de cervantizarme ». Juan Carlos Pérez de la Fuente es tajante cuando dice que «Pingüinas» es el testamento teatral de Arrabal y su mejor texto . «Todo Cervantes converge aquí, de la misma manera que todo Arrabal converge aquí».

Belleza, expresionismo español, descaro, rompimiento... Son palabras que, según su director, tienen que ver con el montaje escasamente convencional de «Pingüinas», que se sumerge en el «teatro total» y que plantea un diálogo entre el siglo XVII y el siglo XXI. «Es importante, para un director de mi edad -dice Pérez de la Fuente-, enfrentarse de nuevo al riesgo. Los teatros públicos han de asumir riesgos ... Y este texto y esta puesta en escena los tienen». Lo subraya una de las actrices, Lara Grube, cuando dice que «es un montaje de un lenguaje y una dimensión distintos; como actriz, he tenido que romper con lo que he aprendido hasta ahora, he renunciado a querer entender como lo había hecho hasta ahora... Y el resultado es un trabajo colectivo lleno de vida, de pureza, de honestidad y de franqueza». «Está muy alejado del momento actual en cuanto a interpretación -asiente Pérez de la Fuente-; tanto trabajo y análisis psicologista puede hacer que al final el teatro se piense más que se viva. Y aquí es todo lo contrario, y así se lo dije a las actrices y al actor».

En escena, diez mujeres y un hombre, Miguel de Cervantes. «No se puede entender su universo sin lo femenino », dice el director. «Y Arrabal encontró en ellas la inspiración. Las mujeres de Cervantes fueron verdaderas heroínas en el siglo XVII. Las Cervantas dejaron huella, sobre todo en casos judiciales, de su inteligencia y su astucia; es una parte de nuestra historia que conocemos poco y que aporta mucha luz sobre la personalidad de Cervantes y sobre su universo literario».