Alberto Monrabal: «Sigo esperando a que alguien me informe del cierre del Calderón»
La clausura del teatro madrileño enfrenta a los productores de «Locos, locos, locos» con la SGAE
patricia ariño
El musical «Locos, locos, locos» estaba programado en el Teatro Calderón desde hacía meses. Llevaban 2.000 entradas vendidas y la publicidad aparecía en el catálogo de Los Veranos de la Villa. Se encontraban a 15 días del estreno cuando se enteraron de ... que el Teatro Calderón cerraba.
Los productores del musical, cuyo estreno estaba previsto para ayer y han tenido que ser acogidos por el Teatro Nuevo Apolo, han anunciado acciones legales contra los responsables de la Sociedad General de Autores ( SGAE ) por cerrar el edificio sin notificárselo y por los perjuicios derivados del cierre.
El director de producción de la obra, Carlos Bofill, ha relatado que llegaron a trabajar un día y se encontraron con el inmueble cerrado. «Me llamaron diciendo que no podían entrar al teatro a ensayar, que había peligro y la SGAE lo había cerrado». Una asesora jurídica les esperaba en la puerta del edificio para contarles que «no pasaría como en el Madrid Arena» y que disponían de un peritaje que afirmaba que el teatro «está que se cae». En los días posteriores, explica Bofill, desapareció la venta de entradas en la página web pero el espectáculo se continuaba anunciando. El productor y director de la obra musical, Alberto Monrabal, asegura que aunque nunca se planteó suspender la obra, se encontró sin ningún tipo de explicación por parte de nadie. «Sigo esperando a que se me comunique algo sobre el cierre. Aunque hemos conseguido que salga adelante, es un trabajo de más de dos años, con una escenografía, iluminación y publicidad que requieren un coste».
La empresa arrendataria del teatro, Wonderland -de la que la Fundación SGAE controla un 51% y el empresario Luis Álvarez el 49% restante-, emitió un comunicado el pasado 14 de julio en el que declaraba que interrumpía la programación del teatro para «realizar una serie de obras indispensables en el edificio con el fin de prevenir posibles daños» . Además, la empresa subrayó que la seguridad del público y el personal técnico del Teatro Calderón «debía prevalecer». Un portavoz de la Fundación SGAE remitió ayer toda responsabilidad sobre esta decisión a la empresa Wonderland y a su director Luis Álvarez.
Los productores de la obra, además de quejarse de la falta de comunicación, reclaman también «la señal» que dieron para representar «Locos, locos, locos». Monrabal apostilla que se enteraron a través de los portales web de venta de entradas que estaban devolviendo el dinero a los espectadores. «Con la crisis del sector cultural, en la temporada de verano y apostando por el teatro en Madrid, que no nos informen de nada nos indigna», subraya el director de la obra. El coproductor del proyecto, José Antonio Feito, quiso dejar claro que la queja es contra Wonderland y que la batalla legal no es contra la SGAE como institución, sino «ante los gestores actuales» del teatro.
Mientras tanto, el espectáculo debe continuar, y desde ayer la comedia musical «Locos, locos, locos» podrá verse en el Teatro Nuevo Apolo, durante este mes de agosto.
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