Suscríbete a
ABC Cultural

«Kathie y el hipopótamo»: la verdad de las ficciones

Se estrena en Matadero la obra de Mario Vargas Llosa, protagonizada por Ana Belén y Ginés García-Millán

«Kathie y el hipopótamo»: la verdad de las ficciones SERGIO PARRA

JULIO BRAVO

En 1959, Mario Vargas Llosa se instaló en París. Contaba con el dinero de una beca que finalmente no llegó. «Me quedé varado allí -relata el premio Nobel-. Lo pasé muy mal y durante un año tuve que ganarme la vida e hice oficios muy ... pintorescos. Trabajé, por ejempo, recogiendo periódicos; era un trabajo que tenía la Unión de Estudiantes para estudiantes menesterosos. Luego vendía el papel al peso. Uno de esos trabajos alimenticios fue trabajar para una señora, cuyo nombre no voy a decir, que había hecho un viaje, enviada por su familia, por lugares exóticos, y quería escribir un libro contando sus historias. Tenía las ideas pero le faltaban las palabras. Y me contrató para que yo las pusiera, y durante un tiempo trabajé para ella, no recuerdo si una hora o dos al día. A veces me pagaba por el tiempo y a veces por palabras. Le estoy muy agradecido porque me permitió muchas veces ir al comedor de estudiantes o pegarme un duchazo en el hotel donde vivía; la ducha en ese hotel era más cara que el restaurante. Desde que yo pasé por esa experiencia, pensé alguna vez que quería contar esa historia; y yo sabía que tenía que hacerlo en una obra teatral».

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia