Suscríbete a
ABC Cultural

Una noche en... el lujo: ¿Qué he hecho yo para merecer esto?

ABC del verano

Para el extranjero en la opulencia todo es una sorpresa. Visitamos el Four Seasons de Madrid

Capítulo 2: Una noche en... Fabrik, el templo del tecno

Hotel Four Seasons, en pleno centro de Madrid Tania Sieira
Bruno Pardo Porto

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Hay una España que se derrite y otra que come helados. Y hay una tercera (¡la tercera España!) que vive en la estación que quiere. Así que en Madrid es verano, es decir, infierno, pero en el Four Seasons todavía es primavera y las orquídeas ... crecen sin necesidad de macetas y la gente sonríe y no suda. Alguien dijo que el lujo era eso, la libertad climática: la baronesa Thyssen entrando en el museo ídem con sandalias en enero, en un día lluvioso y gélido, yendo con su vestido de calefacción en calefacción; inventarse una brisa atlántica en Abu Dabi, convertir el desierto en oasis y darte un chapuzón. Fuera del hotelazo, en la intemperie del centro (calle de Sevilla), los 'ecotuktuk' esperan a cazar algún turista despistado (el turismo, qué cosa) y un chaval con camiseta de asas se pulveriza agua en la cara para seguir existiendo. Paran autobuses cargados de recién llegados, y estos al pasar por la puerta miran dentro, pero no entran, pero miran otra vez. ¿Y qué pasa dentro? Dentro te ofrecen una bebida mientras esperas el 'check in', porque en esos dos minutos de gestión está prohibido no ya estar triste, sino mostrar cualquier leve atisbo de insatisfacción, un suspiro, lo que sea. El trato es que aquí siempre hay alguien pendiente de tu felicidad, ofreciéndote cosas que no sabías que necesitabas hasta que las tienes entre las manos. No inventan necesidades, las descubren: son exploradores de una vida mejor. Hoy, qué suerte, toca pasar la noche en el lujo.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia