Plácido Domingo revalida el éxito de Simón Boccanegra en La Scala de Milán

A pesar de los numerosos aplausos, casi quince minutos, hubo una voz disonante. Sobre todo para el responsable del foso, Daniel Barenboim, que parece que no logró convencer a los milaneses como hizo meses atrás en la Staatsoper de Berlín. A pesar de todo, la noche fue intensa y emocionante gracias a la calidad vocal de Domingo y a su entrega dramática en la que estuvo muy arropado por el resto del reparto. Especialmente por la soprano Anja Hartero en el papel de Amelia.

Después de salir reiteradamente a saludar, Domingo tuvo fuerzas para reunirse con algunos periodistas y compartir con ellos algunas sensaciones. A pesar de haber recibido algún abucheo —si no, no sería La Scala— Domingo alabó al público del teatro calificándolo de «maravilloso» con una «gran entrega, que conoce muy bien a Verdi y que lo ha visto muchas veces cantado por otros intérpretes», lo que le da derecho en su opinión a expresar abiertamente lo que piensa. También quiso echarle un capote a Barenboim, alabando el trabajo que el director argentino-israelí, principal director de La Scala, ha hecho con su orquesta, «y con el coro son los dos elementos más importantes del teatro».

El tenor madrileño reconoció que ésta era la primera noche que cantaba tras sufrir «un pequeño susto», bromeó. Y que lo había hecho al cien por cien. Fue inevitable que volviera a aflorar la pregunta sobre su posible retirada, que tanto le persigue durante los últimos años. Domingo aseguró que él no se retirará, que será la voz la que le retire, y agradeció esta prórroga que le ha dado la vida.

Quien piense que el tenor madrileño va a bajar el ritmo —endiablado— de sus compromisos tras este percance, está equivocado. Domingo viaja hoy a Moscú y seguirá con las funciones de Simón Boccanegra en La Scala y paralelamente celebrará una nueva edición de su concurso Operalia. En julio podremos verle en el Teatro de Madrid con la ópera de Verdi, bajo la batuta de Jesús López Cobos.