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Piotr Beczala, sobre Plácido Domingo: «No se puede declarar culpable a nadie sin pruebas»

El cantante polaco, uno de los grandes tenores líricos de nuestros días, canta estos días en España

Piotr Beczala Javier del Real
Julio Bravo

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Piotr Beczala (Czechowice-Dziedzice, Polonia,1966) es uno de los grandes tenores líricos de nuestros días; basta ver los escenarios en los que canta normalmente para comprobarlo: Metropolitan Opera House de Nueva York, Ópera de Viena, Festival de Salzburgo, Ópera de Múnich, Deutsche Oper de Berlín, Liceo de Barcelona, Teatro Real de Madrid... Estos días se encuentra en España para ofrecer una serie de recitales acompañado por la pianista Sarah Tysman. Después de actuar en Valencia y La Coruña, hoy sábado canta en el Teatro de la Maestranza de Sevilla , el martes 29en el Auditorio de Zaragoza y el 1 de noviembre en el Auditori de Gerona.

Es inevitable, en estos momentos, empezar cualquier entrevista a un cantante de ópera preguntándole por su opinión del « caso Plácido Domingo ». «Coincidí con él este verano en Salzburgo en “Luisa Miller”, en su reaparición tras aparecer las acusaciones; naturalmente estaba afectado, pero fue muy profesional, y resultó maravilloso estar con él sobre el escenario: eso es lo más importante. Yo no sé lo que ocurrió en el pasado... No sé si es culpable o no lo es, pero a nadie se le puede declarar culpable si no se presentan pruebas contra él. Para ser sincero, no sé mucho más sobre este caso; no hablé de ello con Plácido porque es una situación muy dolorosa para él , para su familia y para todos los que le rodean. No tengo nada más que decir sobre este asunto».

Después de casi treinta años de carrera profesional, la ópera se ha convertido para Beczala «en mi vida». Ahora se encuentra, asegura, en una posición en la que mucha gente le pregunta por «millones de cosas acerca del mundo de la ópera». Especialmente sobre su futuro. «Es algo que no me preocupa, porque es un arte que expresa emociones muy profundas . Alguien que descubra la ópera, bien sea un adolescente o un adulto, y tenga la suerte de asistir a una buena producción, se encontrará con un mundo maravilloso que podrá revivir durante toda su vida».

Hay una palabra clave para Beczala: « lo importante en la ópera es la calidad -asegura rotundo-: en la orquesta, en los directores, en los cantantes, en las producciones... Hay muchas soluciones, en este sentido, para los grandes títulos, incluso las versiones en concierto, porque algunas veces es mucho más interesante hacer algunas obras de esta manera. En resumen, la ópera se puede presentar de mil maneras diferentes, porque al final de lo que se habla es de emociones; no hay otro arte en el mundo que las pueda transmitir del modo que lo hace la ópera».

«Para algún director de escena actuar es cantar mientras salta sobre una sola pierna: para mí eso no es actuar»

Hace cincuenta años, un cantante de ópera no era más que eso, un cantante; hoy en día cada vez se le exigen más dotes de actor. El tenor se hace una pregunta: «¿Qué es la interpretación? No es algo muy definido; para algún director de escena actuar es cantar mientras salta sobre una sola pierna . Para mí eso no es actuar; para mí es transmitir la verdad del personaje que estás interpretando. Actuar es estar en el personaje, no hacer lo que te pida cualquier director alocado. Eso puede ser un tipo de interpretación, pero no está en mi vocabulario. Ahora se nos exige un mayor nivel de interpretación que hace setenta años, por ejemplo; ahora el equilibrio entre el canto y la actuación, la relación con el resto de los cantantes, son muy importantes. Y eso es muy bueno, salvo en las ocasiones en que lo que te pide el director pueda destrozar mi canto, y no me permita cantar con la calidad que yo puedo hacerlo; contra ello yo lucho y lucharé siempre».

Añade Beczala que tiene el privilegio de cantar «solo los papeles que me gustan y rechazar los que no me gustan o no entiendo». Y añade que disfruta con los personajes basados en la gran literatura: Shakespeare, Schiller, Goethe... «Su nivel de profundidad es mucho mayor; en cada producción, en cada representación, encuentras algo nuevo...» Y un deseo en voz alta. «Quizás algún día llegue a cantar “Otello”, de Verdi, que es muy complejo».

Entre esos personajes que le tienen atrapado se encuentra el papel titular de «Lohengrin», de Wagner, un compositor muy alejado de su vocalidad, pero en el que quiere profundizar. « Es probable que cante más óperas de Wagner ; estamos hablando sobre “Parsifal” para 2022 y para “Die Meistersinger von Nürnberg” -el papel de Walther- en 2024, pero creo que no iré más allá. No quiero dejar las óperas italianas y francesas que son la columna vertebral de mi repertorio, y que son las más adecuadas para mi voz. Esas tres óperas de Wagner creo que sí puedo abordarlas. Estoy planeando actuaciones de dentro de tres o cuatro años, y quién sabe cómo evolucionará mi voz y mi personalidad... Es complicado saberlo».

Muchos colegas de Piotr Beczala hablan de Mozart como el mejor profesor de canto posible. Estoy de acuerdo en un ochenta por ciento. Para muchos tipos de voz, Mozart es fantástico en los comienzos de la carrera. Yo he cantado mucho a Mozart; he hecho 126 veces el papel de Tamino en “La flauta mágica”, más de cien veces papeles como Belmonte en “Die Entführung aus dem Serail” u Ottavio en “Don Giovanni”. Para mi fue fantástico, por la disciplina y organización que exige esta música; fue estupendo para la voz. Pero Mozart, en los papeles de tenor que escribió, no les permite desarrollar el sonido de la voz ni el registro agudo salvo en casos muy concretos; es música muy pura. Esos tres papeles que he mencionado no tienen agudos, y los tenores necesitan trabajar este registro. Si solo cantas a Mozart estás limitando tu repertorio, y no podrás en el futuro cantar a compositores como Verdi, Puccini o cualquier otro. Dicho esto: sí, Mozart es una base magnífica para los jóvenes cantantes».

« Un cantante debe conocer su voz , debe saber exactamente cuál es su tipo de voz -afirma categórico el tenor polaco-. Es imprescindible para decidir el tipo de repertorio que vas a hacer. El mayor drama para un cantante, casi una tragedia, es tener una voz lírica y un alma dramática; y también al contrario. Hay que conocer los límites de la voz, y en eso juega un papel fundamental tu entorno y las personas con las que trabajas: coaches, directores de orquesta. Yo he sido muy afortunado, porque he tenido gente que ha sabido aconsejarme bien, como el maestro Nello Santi , del que he aprendido mucho. El canto es casi como una ciencia: debes saber exactamente lo que puedes o no puedes hacer».

Y queda hablar del futuro: «en diciembre de este año cantaré por primera vez una ópera polaca, “ Halka ”, de Stanisław Moniuszko; pero el próximo papel que incorporaré de una gran ópera de repertorio es el Radamés de “ Aida ”, que haré precisamente en España, en el Festival de Peralada; dos meses después abriré con él la temporada del Metropolitan Opera House de Nueva York, y lo cantaré también el el Teatro Real, en Madrid, en un par de años. Y para el futuro tengo planeado incorporar a mi repertorio los papeles de Manrico (“ Il trovatore ”) y Parsifal, como ya le he dicho».

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