Iñaki 'Uoho': «La pandemia y el final de Extremoduro me quitaron las ganas de rockear»
El guitarrista arranca su carrera en solitario con 'Interpretaciones, acto I', un disco en el que revisita canciones de su época con Robe y de otras bandas en las que ha militado, como Platero y Tú

El final de Extremoduro, precipitado de forma abrupta por la cancelación unilateral de la gira de despedida por parte de su líder Roberto Iniesta, fue un psicodrama para los fans del grupo. Pero nada que ver con lo que tuvo que vivir Iñaki 'Uoho' ... Antón , guitarrista de la banda y fiel escudero de Robe desde tiempos inmemoriales. Como se pueden imaginar, aquellos últimos conciertos no tenían una importancia exclusivamente emocional para él, sino también económica. Y ver que su viejo socio lo mandaba todo al garete, argumentando que el coronavirus no les iba a dejar hacer el tour en condiciones (sólo había que aplazar las fechas, pero eso entró en conflicto con la presentación del nuevo disco en solitario de Robe), fue un palo de los gordos para el bueno de 'Uoho'. Afortunadamente, ya se ha recuperado del golpe y está listo para volver a la carretera, esta vez con su primer disco con su nombre, 'Interpretaciones, acto I' .
Este disco le ha resucitado para el rock, porque estuvo cerca de dejarlo todo, ¿verdad?
Sí, después de todo el lío de la pandemia y el final de Extremoduro me vino la desgana por la música, y las ganas por otras cosas. No le di más vueltas, era lo que sentía, no me apetecía seguir rockeando. En realidad llevaba un tiempo pensándolo.
¿Y lo de hacer un disco con su nombre, era una cuenta pendiente?
La verdad es que no, desde la pandemia no he tenido contacto con la música. Ni la he escuchado ni la he tocado. Y cuando me empezaron a entrar ganas de coger la guitarra, llamé a los del grupo y nos pusimos a tocar en el local, sin más. Entonces nos llegó una propuesta para hacer una gira con mi nombre tocando canciones en las que he participado. Era la patada en el culo que necesitaba.
¿Y cómo surgió entonces el disco?
Nos dimos cuenta de que la gente que iba a venir a vernos no sabía lo que iba a escuchar, y sobre todo cómo iba a sonar yo cantando. Entonces decidimos recopilar canciones de mi trayectoria en diferentes bandas. Nos gusta el rock pero también que haya buena musicalidad, así que está claro por dónde van a ir los tiros.
El disco arranca con una versión de Barricada, en la que hizo labores de cantante por primera vez. ¿La experiencia le abrió los ojos en ese sentido?
Bueno, la primera vez que me escuché dije «demonios, qué horror», pero la gente me decía que no estaba tan mal, que no era el mejor cantante pero que no lo hacía nada mal.
Es de la escuela Rosendo, total.
Los que fumamos mucho sonamos así, es verdad (risas).
Al principio, el disco iba a llamarse 'Grabaciones para directo', ¿verdad?
Fue el nombre que le puse a la maqueta que grabamos. Estuve a punto de ponerle 'Maqueta para directo', pero me dijeron «¡no pongas nada de maqueta!» (risas). Le cambié el título porque las canciones son eso, interpretaciones de canciones de grupos en los que he estado.
Sí que es verdad que es un disco muy para disfrutar en directo.
Sí, lo de 'grabaciones para directo' hubiera sido un gran subtítulo, ahora que lo pienso. Pero ya es tarde (risas).
Lo de cantar le costó.
Los ánimos que me dieron fueron fundamentales, porque yo nunca he cantado, ni siquiera lo había intentado hasta ahora. Me daba vergüenza, me parecía que había que tener mucha jeta para ser cantante. Me gustaba mi rol, el sitio que tenía en las bandas.
Más mediapunta que delantero, como siempre ha dicho.
Sí, me gusta más el centro del campo, ayudando a defender y asomándome al área de vez en cuando. Cuando empecé a cantar lo pasaba un poco mal, y mis compañeros me ayudaron mucho con sus ánimos. Yo les dije: «Si en tres meses esto no suena, cogemos a un cantante». Pero a los tres meses, me dijeron que sonaba bien y que pa'lante. No soy Pavarotti, pero creo que puedo transmitir.
¿Qué significó para usted su época en Platero y Tú?
Fue la ilusión, el comienzo, entrar en el oficio. Fueron las primeras sensaciones que tienes al dedicarte a esto, que son irrepetibles. Era el grupo más importante para los cuatro que estábamos, porque a partir de ahí vino todo lo demás.
¿Y Extremoduro?
Cuando empecé a tocar con Robe, para mí era libertad. Empezamos a hacer las canciones juntos, y todo valía. Era pura libertad y creatividad. Cada uno de nosotros tenía las cosas de las que los demás carecían, nos complementábamos muy bien. Y han sido treinta años de experiencias, de recuerdos, de buenos momentos, de amistad... Hay muchos matrimonios que duran menos. Ha sido un grupo tan importante para mí como Platero. Quizá no tan trascendental, porque Platero fue el paso de la ilusión al oficio... Cuando empecé a trabajar con Robe las cosas venían más hechas, pero he disfrutado mucho con él y creo que hemos hecho cosas muy bonitas.
Supongo que le sobrecoge lo importantes que han sido en la vida de tanta gente.
Había veces que lo de los fans me parecía una religión. Nosotros os hemos agradecido siempre lo mucho que nos transmitíais los que veníais a vernos a los conciertos, cantando, bailando y disfrutando. Eso era un estímulo indescriptible. El intercambio de sensaciones y de agradecimientos es lo que ha dado sentido a Extremoduro. Nos habéis dado la vida.
Pero el grupo se hizo demasiado grande para su gusto.
Es cierto. Yo hubiera estado más cómodo un par de escalones por debajo. Es cuestión de personalidades. Es normal que a algunos les guste llegar a lo más alto, y así es como se descubrió América, por ejemplo. Pero nos hicimos tan grandes, que todo lo extramusical nos llevaba demasiado tiempo y esfuerzo, más que lo musical. Y ahí me empezó a rechinar la cosa. Hemos ganado mucha pasta, nos ha ido muy bien, hemos disfrutado mucho, pero hubo un momento en el que Extremoduro era tan grande, que trascendía cualquier cosa que hacíamos en lo musical. Yo empecé a echar mucho de menos las salas, es donde está el rock'n'roll, pero claro, Robe me decía: «Pues no vamos a ir a las salas tío».
Se dice que usted ordenaba el caos creativo de Robe. ¿Se identifica con esa afirmación?
Uy, no soy bueno hablando de mí mismo. Es posible. Una mente creativa es caótica, no sé si por definición, pero sí por coincidencia. En aquellos tiempos había un poco de caos, en el que Robe hacía grandes perlas que quizá no se pulían lo suficiente. A nivel personal, quizá sí puse algo de orden y seriedad. Yo estaba muy empeñado en que un concierto de Extremoduro tenía que ser algo serio.
¿Se han limado asperezas después de la cancelación?
Yo ya estoy en otra pantalla. La verdad es que pasar aquella pantalla fue difícil, pero ya está superada. Son cosas que pasan. Ha sido un final quizá demasiado traumático, pero... qué más da de quién fuera la culpa.
En los próximos 'actos' de la serie 'Interpretaciones', ¿habrá canciones nuevas?
Al principio iba a meter canciones nuevas en este primer acto, pero luego vi que exigía mucha dedicación, y he preferido construir la casa siguiendo un orden. Este primer disco ha puesto los cimientos del grupo, mostrando lo que hemos hecho hasta ahora. Sobre esa piedra fundacional, empezaremos a currar en canciones nuevas.
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