Pasión musical en el paraíso tropical

Aunque el buen gusto se tiene en cuenta, lo importante es ser más que nadie, no sea que en algún sitio se atrevan a decir que tienen una fiesta musical mejor. Por eso el cartel del UMF compartió nombres tan dispares como los ochenteros Duran Duran, Moby, Cut Copy, Crystal Castles, David Guetta, Chemical Brothers, Underworld, Deadmau5 o el rey de la trucha -con un gusto discutible- Dj Tiesto. Todos ellos serían el gran reclamo de cualquier otro festival del mundo pero aquí en Miami pasan casi de puntillas. Y el aficionado a la música se ve continuamente obligado a decidir entre lo bueno y lo mejor, con la desazón de no poder parar el tiempo para disfrutar de todo lo que se ofrece.

Como no se puede hablar de todos, destacaremos solamente unos cuantos. Por ejemplo, los citados Duran Duran , que en treinta años no han cambiado de peinado ni tampoco de repertorio . Aunque sacaron nuevo disco hace no mucho, son sus temas clasícos los que siguen encrespando al público, y eso que gran parte de los asistentes al Ultra Music –entre ellos, quien escribe- ni siquiera habían nacido cuando el dúo de Birmingham empezaba a romper moldes. También dejó huella el viernes el grupo noruego Royksopp . Ellos provienen de Tromso, la ciudad más septentrional del mundo, y se les notaba que el clima de Miami es lo más parecido a una sauna que han visto en su vida. Su electrónica vitalista venida del hielo cuajó perfectamente en el trópico gracias a himnos como “The girl and the robot” o “Eple”. Música de buen rollo y para amansar a las fieras.

Ya el sábado, se esperaba mucho de Moby , aunque el artista neoyorquino no tuvo a bien obsequiar al público con uno de sus rarísimos conciertos y prefirió coger la mesa de mezclas para pinchar música de otros. Con esas condiciones, da igual que quien esté a los platos sea Moby o sea otro, ya que el resultado no hace honor a las expectativas. Moby es Moby por temas hipnóticos como “Go” o “Why does my heart feel so bad”, si renuncia a construir música en directo se convierte en un dj más, que es lo que fue el sábado porque él quiso. Sin embargo, lo que el calvo budista no ofreció lo dieron, y a raudales, Cut Copy y Empire of the Sun . Los primeros copian a Blur en la estética pero ofrecen un sonido más eléctrico. Los segundos, australianos ellos, tienen temas como “Walking on a dream” que merecen aguantar un concierto y un festival entero. El fin de fiesta del sábado lo dio el dj de Toronto Deadmau5 . Una cabeza de ratón gigante es su imagen de marca (qué calor tuvo que pasar bajo ella con la que cae en Miami) y un intento de hacer la electrónica innovadora que no deja de ser arriesgado. Tomy Lee (sí, el del video porno con Pamela Anderson) le acompaña a la batería, dejando un resultado que no convence demasiado. Sin embargo, Joel Zimmerman merece respeto por intentar demostrar que la electrónica puede ser culta, puede ser creativa.

Para el último día, el festival floridense se guardó a Crystal Castles , provenientes del mismo Toronto que Deadmau5 y que ahora mismo es una de las urbes más prolíficas del orbe musical. Los videojuegos han sido fuente de inspiración de su sonido, en ocasiones turbador y que no se olvida fácilmente. Finalmente, los ingleses Chemical Brothers pusieron un broche dorado a los tres días de música haciendo un repaso contundente a algunas de las canciones de su repertorio. Como siempre, son más las que no entraron que las que entraron, pero es lo que tiene el haber construido más de veinte “megahits” en las últimas dos décadas.