Chavela Vargas: «España no está tan mal, está gloriosa. Es la hembra de Europa»

La artista costarricense, afincada desde hace siete décadas en México, se mostró encantada de visitar de nuevo España, un país «que no está tan mal como dicen. Está gloriosa, está bellísima. España es la hembra de Europa, y México es el varón de América -ha afirmado con vehemencia-. Yo saludo a España, a Isabel la Católica. Te saludo con todo lo que se puede, regusto de amor y de esperanza. Esperando la esperanza, la esperanza de ser esperanzada», ha afirmando ante un sala llena de cámaras y periodistas.

La cantante ha querido presentar este último trabajo en el lugar que se encontró, en una noche de insomnio «y de nostalgia con Federico García Lorca pero fue él quien me encontró a mí, estaba donde el clavel revienta».

El disco, que ha contado con la colaboración de la Fundación García Lorca, es, según su presidenta y sobrina del poeta, Laura García Lorca, el pago de «una deuda que ha sentido Chavela con Federico desde que era joven porque la ha acompañado a lo largo de su vida en su soledad, en su dolor y también en sus mejores momentos», ha afirmado visiblemente emocionada ante cada gesto y cada palabra de la artista.

«La luna grande» se compone de 16 poemas de Lorca, como «Arbolé, arbolé...», «Yo soy la madre de doña Rosita», «El cielo tiene jardines»..., abrazados por la música de temas tan conocidos como «Noche de Ronda», «La llorona» , «Nosotros», «Macorina»... A ellos se añaden dos poemas escritos por la propia Chavela dedicados alpoeta. «Yo tenía una deuda con él, y él conmigo», quiso matizar una mujer que se ha convertido ya en una leyenda y que en España alcanzó la popularidad gracias a su colaboración en la banda sonora de algunas de las películas de Pedro Almodóvar ( «Kika» , « La flor de mi secreto», «Carne trémula ).

A sus 93 años, Vargas considera que ha tenido «la fortuna de haber hecho todo lo que he querido, con todo mi amor y la grandeza y belleza de las cosas simples. Así con ellas he atravesado mares y cielos. Siempre tranquila, esperando darle la mano y que ellos me saluden y darle gracias al cielo».

Y sigue amando la vida con la misma intensidad de siempre. «Me sigue apasionando todo: los poetas, la vida... La vida para guardarla y llevármela donde no se va nunca. Allí estaré, en la puerta grande, la más bella, donde se abren las estrellas. Allí estaré yo, detrás de la puerta esperando... Hasta luego hermano, allá nos veremos»

Tampoco siente dolor alguno. «No me duele nada porque he vivido muy tranquila, en paz con sentimientos». Hasta que un día tuvo una «sorpresa». «Una mañana no pude caminar, ahí pagué todas mis culpas», ha confesado la cantante que lleva años atada a una silla de ruedas.

Eso no le impedirá dar esta tarde una vuelta a la Residencia «con un montón de gatitos negros, con los que hablaré de lo que pudo haber sido y no fue».