Más de 30.000 objetos de Freddie Mercury salen a subasta en Londres

Aquel pequeño, que vivió una infancia acomodada gracias al salario de funcionario británico de su padre, descubrió su pasión por la música en Mumbai, donde lo enviaron a estudiar cuando tenía sólo ocho años. Allí se interesó por el piano y el teatro, y en el colegio formó su primera banda, The Hectics. Lo demás, es historia. Volvió a Zanzíbar, de donde su familia huyó en plena revolución y se instalaron de forma permanente en el Reino Unido, donde también cantó en algunos grupos, aunque fue en 1970 cuando nació Queen y cuando Farrok eligió el nombre artístico con el que pasó a la historia.

Queen rápidamente se volvió una indispensable de la escena británica musical que ya tenía a bandas épicas como The Beatles y los Rolling Stones. Pero aquel mítico grupo no era sólo rock. Era muchos géneros musicales juntos, era teatro, drama, ropa extravagante, poesía, arte y un líder que brillaba por encima de todo con su creatividad, su ingenio, su talento y su carisma. Su muerte con tan sólo 45 años el 24 de noviembre de 1991, a consecuencia del sida, acabó de transformar a la estrella en mito, y casi 32 años después, sus fans lo siguen llorando y adorando. Así ha quedado demostrado en las últimas semanas, cuando, según el testimonio de Oliver Barker, presidente europeo de la famosa casa de subastas Sotheby's, han tenido entre sus salas a fanáticos llorando e incluso desmayándose al ver los objetos privados de Mercury que han estado expuestos al público en Londres desde el pasado 4 de agosto y hasta este martes, día en que el artista cumpliría 77 años, en la exposición 'Freddie Mercury: A World of His Own' (Freddie Mercury: un mundo propio).

Un día después, el miércoles, empezará la primera de seis subastas de unos 35.000 artículos, en 1.500 lotes, que pertenecieron al cantante. Esta es una de las mayores ventas de un solo propietario realizada en años, superada sólo por las ventas de las colecciones de Elton John y Andy Warhol (ambas de 1988) y el Duque y la Duquesa de Windsor (1997). El evento promete ser único. «Creo que hay algo un poco diferente en esto», explicó a la prensa Barker, que cree se debe a que «Freddie es muy venerado» y a que «estamos mostrando el lado privado de su vida, lo contrario de su vida pública», una faceta «que nunca antes se había explorado». La llamada fue de tal magnitud que hasta el momento han venido a la capital británica alderredor de 125.000 personas de todo el mundo para ver la exposición, muchas de ellas vestidas con prendas relacionadas con Mercury o con Queen y con las emociones a flor de piel. Antes, en junio, se vivió algo similar cuando se exhibieron una selección de artículos en Nueva York, Los Ángeles y Hong Kong.

Las pertenencias de la estrella había estado tal y como él las dejó en su casa de Garden Lodge, en el barrio londinense de Kensington, que tras su muerte en 1991 le dejó, junto a todo lo que tenía dentro, a su gran amiga, que fue también su pareja y en sus propias palabras, «el amor de mi vida», Mary Austin. «Esta colección se ha conservado meticulosamente en su querida casa en Garden Lodge durante más de tres décadas y muestra una calidad y diversidad de obras que son testimonio no sólo de sus múltiples pasiones, sino también de su estilo innato, su talento artístico y su mente brillante», detallaron desde Sotheby's, e incluye objetos tan fascinantes como el piano de cola Yamaha en el que creó 'Bohemian Rhapsody' y otros grandes éxitos, la letra de esa canción escrita en un calendario, una variedad de los trajes más icónicos que lució en los escenarios, la chaqueta de cuero usada en el vídeo 'We Will Rock You', muebles franceses e italianos, arte japonés, cerámica y textiles, cuadros de artistas tan reconocidos como Goya, Picasso, Miró y Salvador Dalí, y dibujos de todo tipo hechos por él mismo, incluyendo retratos de Jimi Hendrix, a quien, según Austin, adoraba, y que, como él y otras celebridades como David Bowie o Elton John, usaba estrafalarios atuendos.

«Durante muchos años, he tenido la alegría y el privilegio de vivir rodeada de todas las cosas maravillosas que Freddie buscaba y amaba», explicó por su parte Austin, pero «los años han pasado y ha llegado el momento de tomar la difícil decisión de cerrar este capítulo tan especial de mi vida. Era importante para mí hacerlo de una manera en la que sintiera que a Freddie le habría gustado, y no había nada que le gustara más que una subasta. Freddie fue un coleccionista increíble e inteligente que nos mostró que hay belleza, diversión y conversación en todo», apuntó, antes de agregar que espera «que esta sea una oportunidad para compartir todas las facetas de Freddie, tanto en público como en privado, y para que el mundo celebre y entienda más su espíritu único y hermoso».

Austin declaró a 'The Telegraph' que mirando los objetos de la colección, de la que una parte del dinero recaudado se destinará a dos organizaciones benéficas contra el sida, pensó: «Hemos hecho nuestro viaje. Freddie era un romántico y yo también lo soy. Todos estos artefactos, la mayoría antiguos, han viajado a lo largo de los años, desde el siglo XIX hasta la actualidad; han tenido varios dueños, han sido amados y apreciados, por eso están en tan buenas condiciones. Y ahora comienza el viaje hacia sus nuevos dueños».