Ismael Serrano: «La paternidad te reafirma en tus convicciones políticas»

—¿Qué podemos encontrar en «La Llamada» que no hay en los discos anteriores?

—Trece canciones cuyos cimientos están en el ritmo: bachata, candombe, samba, son, y (ups) hasta reggaeton (a mi manera). Canciones con un cierto carácter de celebración que llaman a huir del inmovilismo y de la resignación. Basta de lamentos.

—¿Cómo le das vida a una canción? A veces veo que tus letras son un divagar de ideas que no se me ocurriría hilvanar, pero en tu música toman sentido.

—La música ayuda a ordenar las ideas. Escribir canciones supone buscarle un argumento a lo vivido, encontrar esa poesía que no somos capaces de ver en lo cotidiano, otorgarle esa épica a las batallas domésticas que pasamos por alto. Hilvanar lo vivido es escribir canciones para un trovador que trata de hacer el retrato sentimental y social del mundo que le toca vivir.

—¿Es «Ahora que te encuentro» una versión actualizada al nuevo Ismael de la canción «Ahora»?

—Puede ser. Los 40 años, el nacimiento de mi hija, el tiempo convulso que nos toca vivir son inspiración en este disco y en esta canción, en la que uno hace un nuevo balance como lo hacía en aquella vieja canción. Convengamos que las canciones que se titulan «Ahora» podría ser un género musical en sí mismo.

—¿De qué modo ha influido la paternidad en tu forma de ver la vida, y sobre todo, de reflejarla en la letra de tus canciones?

—La paternidad te reafirma en tus convicciones éticas y políticas, te renueva la mirada, se recupera la sensación de vivir por vez primera cosas que ya habías vivido, extiende más aún tu mirada a largo plazo, te hace más permeable, más cursi y mejor. No sé, la verdad. A mí me ha desordenado de forma muy positiva.

—Si sois tan solidarios gente como Sabina, Ana Belén y tú, ¿por qué no regaláis vuestras casas a gente sin casa?

—Porque entonces alguien con casa me tendría que regalar su casa y entonces este al quedarse sin casa buscaría a alguien que le tendría que regalar su casa, de tal manera que alguien con casa tendría que regalarle la casa al que recién le dio la casa a quien no tenía (casa).