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ABC Cultural

Varios autores promueven un plan para dar uso flamenco al Auditorio de la SGAE

Miembros de la Sociedad como José Manuel Soto y Manuel Marvizón buscan vías de financiación para convertirlo en un centro de referencia del arte jondo llamado «Paco de Lucía»

Varios autores promueven un plan para dar uso flamenco al Auditorio de la SGAE abc

alberto garcía reyes

Cuando comenzó a construirse en 2007, nadie en la Sociedad General de Autores podía imaginar que el auditorio de la Cartuja acabaría siendo un fantasma pese a tener la mejor dotación de España y estar entre los mejores del mundo. La obra costó casi 70 ... millones de euros en un plan megalómano impulsado por Teddy Bautista para construir una red de teatros, llamada Arteria, que cumpliera los sueños de los autores. Actualmente, la SGAE paga 44 millones de hipoteca, a razón de 4,4 millones al año y otros 600.000 euros de mantenimiento para unas instalaciones que están valladas y en soledad. Pero perfectamente terminadas. De hecho, se podría abrir hoy mismo si se quisiera para ofrecer un espectáculo. Y esta situación es la que ha llevado a varios autores andaluces a presentar un proyecto ante la propia Sociedad para darle un sentido a ese espacio. Algunos de ellos, como el cantante José Manuel Soto o el compositor Manuel Marvizón son incluso directivos del organismo actualmente. Su intención es que ese escenario único, dotado con 2047 butacas y con un sistema de última generación que permite recoger todos los asientos en apenas siete minutos y convertir la sala en un espacio diáfano para conciertos multitudinarios de pie, se convierta en el centro de referencia del flamenco en el mundo. Tienen incluso un nombre elegido: Auditorio Flamenco Paco de Lucía. La idea es que en ese escenario se programen espectáculos de temporada, es decir, que se mantengan en cartel a diario durante meses, de los grandes artistas. Y aprovechar el resto de las instalaciones, en las que hay una sala de ensayo pionera, varios estudios de grabación, oficinas, zonas de encuentro, una sala b para 500 personas y una azotea para conciertos al aire libre, entre otras muchas posibilidades, para que el flamenco tenga allí su espacio natural. «La idea es que aquí se den clases, conferencias, presentaciones de libros, que se instalen las productoras de flamenco y que se haga incluso un museo», explica Soto.

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