Nicolas Sarkozy roba el estrellato a Carla Bruni

Antes de conocer a Sarkozy, Carla Bruni tuvo cierto éxito con dos discos, «No promises» (2007) y «Comme si de rien n'était» (2008). Convertida en primera dama de Francia, Bruni tuvo que esperar cinco largos años antes de presentar «Litte French Songs», un disco escrito parcialmente antes de instalarse en el Elíseo, enriquecido con la experiencia de esposa del presidente de la República, a quien la cantante dedica varias canciones de amor.

Tras el lanzamiento de «Litte French Songs», donde hay canciones que pueden interpretarse como críticas contra Hollande y la prensa francesa, Carla Bruni comenzó una inconclusa gira nacional e internacional, para promocionar su trabajo y relanzar su carrera de cantante.

Todo iba muy bien. Hasta que la presencia de Sarkozy en los conciertos de su esposa se ha convertido en un handicap para Carla Bruni, que tiene su propio orgullo íntimo, de artista víctima del éxito político de su esposo.

Mientras Sarkozy estuvo ausente de los conciertos de su esposa, ella recibía la atención que le corresponde, como cantante. Desde que Sarkozy se ha invitado a casi todos los conciertos de Carla Bruni, los rumores de la anunciada vuelta a la escena política del ex presidente se han convertido en un lastre para la esposa: la prensa se ocupa de Sarkozy, en detrimento de la visibilidad de Carla Bruni.

«Nice-Matin» cree saber que Carla Bruni «ha puesto las cosas en su sitio», con una «conversión franca y sincera, entre esposos». Es probable. Quizá. Esa rivalidad entre grandes personajes, en la escena pública, abre entre ellos una imprevisible brecha política.