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La identidad de Elena Ferrante provoca una tormenta literaria

El editor, enfurecido, califica de «repugnante» la investigación realizada por el periódico «Il Sole», que ha revelado que detrás de la autora superventas se encuentra la traductora italiana Anita Raja

Anita Raja, en el ojo del huracán ABC

ÁNGEL GÓMEZ FUENTES

Una notable tormenta literaria se ha desatado en el mundo cultural italiano, trascendiendo las fronteras de este país, por la importancia de la protagonista: La batalla por la identidad real del pseudónimo Elena Ferrante, que se había convertido en uno de los misterios más grandes de la literatura en los últimos 20 años, porque los libros de Elena Ferrante han sido éxitos planetarios, en especial las cuatro novelas de la saga napolitana «Dos amigas». El pseudónimo era desenmascarado por el suplemento dominical de cultura del prestigioso diario económico «Il Sole 24 Ore», que ha empleado varios meses en la investigación: La persona que ha escrito las célebres novelas con el nombre de Elena Ferrante es Anita Raja, de 63 años, traductora de alemán para Ediciones E/O, la editorial de las novelas de Ferrante, y casada con el escritor Domenico Starmone.

Raja es hija de un magistrado napolitano, Renato Raja, y de Golda Frieda Petzenmaum, una profesora de alemán judía, nacida en Alemania, de origen polaco, superviviente del Holocausto. Anita Raja nació en Nápoles y vive desde los tres años en Roma. Ha traducido novelas de la escritora alemana Christa Wolf, está especializada en autores de Alemania del Este y es también experta en Kafka. La revelación del «Sole», aportando significativos datos económicos y de la vida de Anita Raja, ha suscitado la furia e indignación del editor, que califica de «repugnante», por inmiscuirse en la «vida privada», el tipo de periodismo realizado por «Il Sole» para desenmascarar el pseudónimo, mientras infinidad de lectores participan en el debate que se ha abierto con división de opiniones.

Las conclusiones de Claudio Gatti, reconocido periodista de investigación del diario «Il Sole», son muy notables, porque ha seguido la pista financiera de Anita Raja y de su marido, datos que obtuvo de una fuente anónima. Solo el balance del 2015 se cierra con ingresos de 7.615.203 euros , alrededor del 150 % más que en el 2014, señala Gatti, quien también describe algunas compras inmobiliarias del matrimonio Raja-Starmone. Además, Claudio Gatti mezcla la pista financiera con datos familiares. Por ejemplo, Lenú, la protagonista de la tetralogía «Dos amigas» era el nombre de una tía muy amada de Anita Raja, mientras Nino, el nombre dado al gran amor de Lenú, es exactamente como se le llama en familia a Domenico Starmone, marido de la traductora-escritora.

Las especulaciones sobre la real identidad de la Ferrante se remontan al 1992, cuando publicó su primera novela, «El amor molesto». El interés creció con la publicación de la saga «Dos amigas». Aunque a sus lectores seguramente no les importaba la identidad real de la Ferrante, los rumores sobre quién se escondía detrás del pseudónimo se han acrecentado con el paso del tiempo. En la cima de los nombres que se citaban se encontraban precisamente Anita Raja e incluso su marido Starmone. La influencia de Ferrante llegó al extremo de que el semanario «Time» la había incluido entre los 100 personajes más influyentes del 2016.

Se explica así el interés de investigadores literarios por desenmascarar el pseudónimo, a veces publicando sesudos estudios. En realidad, la propia editorial de la Ferrante ha ostentado ese secreto, seguramente por razones comerciales. Por tanto, el desafío de la investigación estaba en el ambiente. Seguramente, los editores hubieran estado encantados con que hubiera continuado la especulación, profundizando en la obra de la Ferrante, pero no en sus balances financieros y propiedades inmobiliarias. Se explica así la furibunda reacción de Ediciones E/O, editorial fundada en 1979 por el matrimonio Sandra Ozzola y Sandro Ferri.

Ni confirma ni desmiente

Sin confirmar ni desmentir la información, la editorial ataca al «Sole» en un comunicado por haber dado «más importancia a los chismes y rumores que a la obra de Elena Ferrante». Durísima ha sido también la declaración del editor Sandro Ferri, recogida por «La Repubblica»: «Encuentro repugnante el periodismo que indaga en la vida privada y trata a las escritoras como camorristas. Ahora se llega a mirar también en las cuentas», manifiesta con ira Ferri. El editor no cita en ningún momento a Elena Ferrante pero expresa su rabia por que la investigación del «Sole» no se basa en hipótesis con base literaria, sino en rentas y propiedades. En definitiva, Ferri reprocha con furia al diario económico que haya seguido para su investigación la vieja técnica del olor del dinero pide que «basta de asediar» a la Ferrante, «no es una delincuente».

Varios escritores critican el reportaje del «Sole». Por ejemplo, Michela Murgia, ha manifestado que «eso no es periodismo, sino rebuscar en los cubos de la basura». Molestos se sienten también algunos lectores. Claudio Gatti se defiende así: «Siendo Elena Ferrante uno de los personajes italianos más conocidos en el mundo, es un derecho legítimo de sus lectores conocer a quien ellos mismos han hecho casi una “superstar"».

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