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Anne Perry: «La venganza no me parece aceptable de ningún modo»

La escritora británca presenta en BCNegra la última novela de su serie victoriana

Anne Perry: «La venganza no me parece aceptable de ningún modo» EFE

DAVID MORÁN

A Anne Perry , nacida como Juliet Hulme y renacida como exitosa cronista de las geografías literarias del Londres criminal, se le muda ligeramente el gesto cuando alguien le recuerda, aunque sea de pasada y a través de cautelosas perífrasis, ese oscuro incidente que le llevó a pasar cinco años en la cárcel tras matar a ladrillazos a la madre de una amiga. «Han pasado sesenta años y ya está todo hablado», zanja una autora para la que, según parece, la procesión va por dentro, sin alterar demasiado el guión de sus novela. «Escribo porque me gusta contar historias y las historias tienen que tener sentido para que tengan valor», relativiza la escritora británica, de paso por Barcelona para participar en la semana de novela negra de la ciudad y presentar «Medianoche en Marble Arch» (Ediciones B), un nuevo caso para su serie victoriana en la que el investigador Thomas Pitt se las tendrá que ver con un brutal caso de violación.

Así, mientras rechaza tajantemente la idea de escribir sobre aquel episodio que marcó su adolescencia, Perry suma un nuevo capítulo a una saga que arrancó en 1979 con «Los crímenes de Cater Street» y que le llevar ahora a reflexionar sobre la dificultad de manejar «un crimen de violencia y odio». ¿El dilema que plantea la escritora? Denunciar o no denunciar. Esa es la cuestión. «Si se informa de ello, la violación será un estigma, algo que marcará para siempre a esa persona», apunta Perry.

La disyuntiva se enreda aún más cuando, según la autora, la venganza no es una opción. «La venganza no me parece aceptable de ninguna de las maneras. Puedo entender la rabia que te lleva a hacer eso, pero si te vengas te acabas poniendo al nivel de quien te ha ofendido. Si perdonas, en cambio, te colocas en un plan superior», explica Perry. De ahí que la autora británica reconozca que, pese a que no le asustan los temas difíciles ni los problemas sociales, sí que le gusta dejar una puerta abierta a la esperanza. A la expiación. Es por eso que prefiere la novela negra americana a la inglesa, demasiada «oscura» para su gusto. Y es por eso también que en todos los libros de esta devota mormona subyace una marcada reflexión moral. «Si lees mis libros, sabrás en qué creo», apunta.

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