Palabras y cejas

Ernest Urtasun agradeció en su turno, también aplaudido largamente, estar tan arropado por Yolanda Díaz y tantos compañeros de sus filas, liderados por Ada Colau. Sus palabras son, de momento, eso, palabras que vienen a tratar de calmar a quienes saben que en su desempeño político europeo tuvo posiciones contrarias a la propiedad intelectual y los toros, por ejemplo. Y que le falta experiencia de gestión, para lo que le han designado un secretario de Estado, Jordi Martí, también del equipo de Colau. Las industrias culturales no subsistirán sin un gestor que crea en ellas, ni en el derecho de autor del que vive todo creador si descontamos las subvenciones. Como todavía no han olvidado lo peor (con el PP, Lassalle les quitó los ingresos del canon digital) están a la espera de que Urtasun se una a la doctrina de Sumar, que se ha puesto a favor de la propiedad intelectual y del Estatuto de Artista.

El nuevo ministro trae bajo su alfombra de palabras dulces sobre el valor de la cultura y la libertad de expresión un mensaje de combate ideológico. El Estatuto del Artista que nació del último consenso que recuerda el Congreso, lo trató de convertir en un logro de Sumar (y cierto es que Yolanda ha adelantado al PSOE en su desarrollo). Y arengó sobre su concepto de ministerio: la cultura como bandera contra la censura de la derecha (¿y las cancelaciones de la izquierda?) y como arma contra las que llamó guerras culturales de la derecha y la ultraderecha. Ayer, los representantes de la industria cultural enarcaban las cejas como signos de interrogación cuando les preguntabas qué les parece el cambio. ¿Será la nueva ceja de la cultura? Visto el ambiente festivo, el 'vitoreo', cabe esperar algún nuevo mensaje para la cultura desde el otro lado, donde no hay guerra, sólo silencio desde que Feijóo dijo que pensaba mantener el ministerio.