Descubren que la tumba de Anfípolis se diseñó alineada con el solsticio de invierno

Para la construcción del monumental túmulo, de 150 metros de diámetro y 12 metros de altura, se emplearon más de 16.000 toneladas de mármol procedentes de la isla de Tasos. En su interior, los arqueólogos encontraron cuatro estancias: la de las esfinges; una sala decorada con un colorido mosaico, la sala del mosaico del 'Rapto de Perséfone', presidida por dos imponentes cariátides y, por último, la cámara funeraria.

El tamaño monumental del túmulo y los recursos empleados en su construcción llevaron a muchos expertos a pensar que podría albergar los restos de Alejandro Magno. Sin embargo, el análisis genético de los restos óseos pertenecientes a cinco individuos recuperados en el sarcófago, descartaron esta hipótesis. Algunos estudiosos sostienen, no obstante, que el monumento fue erigido por orden del propio Alejandro Magno para honrar a su amigo y compañero de armas, Hefestión.

En el año 2023 comenzaron las labores de restauración en el interior de la tumba para consolidar los distintos elementos escultóricos y arquitectónicos. Está previsto que el monumento se abra al público a finales de 2027. Paralelamente, se están realizando estudios para determinar si en el túmulo alberga más cámaras funerarias o si tiene aún más secretos escondidos.

El investigador griego Demetrius Savvides acaba de publicar un estudio en la revista 'Nexus Network Journal', en el que sostiene que el monumento funerario de Anfípolis fue diseñado para permitir que la luz solar –especialmente durante el solsticio de invierno– penetrase en la cámara funeraria e iluminara el sarcófago y otros elementos escultóricos y arquitectónicos. En su análisis, Savvides se ha apoyado en la denominada 'astronomía cultural', disciplina que estudia la relación entre monumentos antiguos y fenómenos celestes. Según explica a ABC, la tumba de Anfípolis es ideal para este tipo de estudios debido a «su excelente estado de conservación, su escala monumental y su enigmático papel». El experto hace hincapié en que, a pesar del importante papel del sol en la cultura macedónica, hasta ahora no se habían realizado estudios de arqueoastronómicos sobre el túmulo de Kastá ni en ningún otro monumento funerario macedonio.

En su investigación, Savvides ha tratado de desentrañar cómo interactúa la luz solar con los diferentes espacios y objetos de la tumba, así como la posible intencionalidad en el diseño del monumento para canalizar la luz natural que entraba en el interior de los distintos espacios.

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Gracias al empleo de herramientas avanzadas de modelado tridimensional y otros recursos computacionales ha conseguido, además, recrear las condiciones astronómicas del año 300 a.C. y simular trayectorias solares específicas, consiguiendo una gran precisión. Según sus hipótesis, las Cariátides que flanquean la cámara funeraria podrían haber sostenido en los brazos extendidos una corona u otro elemento simbólico cuya sombra interactuaría con la arquitectura de la cámara funeraria.

Savvides también plantea que pudo haber una estatua en el antesala de la cámara funeraria, cuya sombra interactuaba con la luz solar. Esta escultura, de unos 1,85 metros de altura, habría estado colocada sobre un pedestal de 0,65 de altura. «Esta hipótesis surge de la observación de que en dicha cámara, donde se encuentra el mosaico del rapto de Perséfone, y donde parece faltar un elemento arquitectónico que interactúe directamente con la luz, a diferencia de las cámaras anteriores». Además, falta parte del mosaico del suelo, lo que refuerza la posibilidad de que allí estaría el pedestal.

Según el investigador, durante el solsticio de invierno, la luz que penetraría en la tumba haría que las sombras proyectadas por las Cariátides simularan la coronación de la estatua, «teatralizando una especie de heroización del difunto».

El experto también plantea que el monumento pudo haber sido construido en dos fases: una primera , en la que no se tuvo en cuenta la orientación social, y una segunda en la que la estructura fue modificada intencionalmente para incorporar interacciones solares, vinculadas a fenómenos solares específicos.

Según Savvides, uno de los hallazgos más relevantes de su investigación ha sido establecer la conexión entre las alineaciones solares y las ideas de renovación y renacimiento. «Las alineaciones, que alcanzan su punto máximo en el solsticio de invierno, pero se extienden durante todo el año, resaltan la naturaleza cíclica de la vida y la muerte. Esto se ve reforzado por las influencias dionisíacas y órficas en Anfípolis y encuentra paralelismos con el significado del solsticio de invierno en los antiguos rituales griegos asociados con Deméter, Perséfone y Dionisio», señala el investigador.

El Túmulo de Kasta, en la opinión de Savvides, es un ejemplo claro de cómo en la antigüedad la arquitectura no solo tenía un propósito funcional, sino que también integraba conocimientos astronómicos, creencias religiosas y representaciones del poder.