LIBROS

Simone Weil, una carta escondida en una billetera

NARRATIVA

La Guerra Civil española fue la última guerra romántica para muchos jóvenes, y no tan jóvenes, venidos de todas las partes del mundo. Entre ellos, Simone Weil y Georges Bernanos, como se relata en esta historia

Grupo Internacional de la Columna Durruti

12/12/2022 a las 12:04h.

Les separaba todo. Sus experiencias, en unos años, los treinta del pasado siglo, que empujaban a todos, a veces violentamente, a un bando o a otro, eran opuestas en cuanto a ideología. Sin embargo, el desengaño, ante un «fanatismo bárbaro» que en ocasiones se trataba ... de una venganza tras otra, de un alegre fusilamiento tras otro, sería el mismo. Por un lado, la joven judía, futura gran filósofa, Simone Weil, que viviría ardientemente las causas de los humillados y explotados, de los que no tenían nada; por otra parte, el gran escritor, igualmente francés, católico y de derechas, Georges Bernanos, que en ‘Los grandes cementerios bajo la luna’ denunciaría ferozmente las matanzas perpetradas por los nacionales en Mallorca, donde había ido a reunirse con su hijo falangista. En su obra se enfrentaría con ira a «los suyos», despotricando en contra de «los carniceros italianos» que sembraban el terror en la isla.

Para Simone, poco a poco, «el espejismo de una causa justa», la del comunismo libertario en el que hasta entonces creyó con pasión, «se desvanecía y pronto no quedaría más que el enfrentamiento de naciones en una tierra extranjera». Es decir, las dos grandes potencias, Rusia y Alemania, que ya empezaban a repartirse ávidamente, con indiferencia por los que sufrían, el continente.

Autor Adrien Boc
Editorial Tusquets
Año 2022
Páginas 148
Precio 18 euros

Este cúmulo de decepciones y de espantos humanistas que vivieron dos grandes y decentes intelectuales no corrompidos por la fe y los dogmas inapelables de sus ideas es lo que viene a condensar espléndida y concisamente Adrien Bosc (Aviñón, 1986) en una bella y emocionante novela, ‘La columna’. Una obra que oscila entre la vibrante crónica imaginaria escrita en el fragor de la batalla y, a la vez, un brillante ensayo sobre la toma de conciencia, valerosa, independiente y a contracorriente, por parte de dos mentes lúcidas en un tiempo brutalizado.

La Guerra Civil española fue la última guerra romántica para muchos jóvenes, y no tan jóvenes, venidos de todas las partes del mundo para luchar contra el fascismo que avanzaba. Todos parecieron reunirse allí: escritores, artistas, aventureros de mil batallas inflamados por causas que creían nobles, prófugos de la Alemania hitleriana e intelectuales como la joven y generosa Simone que entregaba todo lo que ganaba dando clases a los más desfavorecidos y que se había ido a trabajar como obrera a las fábricas, a pesar de haber sido criada entre algodones, en el seno de una familia burguesa.

Una bellísima y estremecedora misiva que Adrien Bosc reproduce al completo

Todo le parecía injusto e intolerable. Aunque siempre se había considerado una pacifista, tras una reunión en París de apoyo a los republicanos españoles, decidió enrolarse sin pensárselo dos veces.

Quemadura grave

Poco después del estallido de la guerra, atraviesa la frontera desde Portbou y se alista en el Grupo Internacional de la Columna Durruti, en el frente de Aragón. Desmovilizada, a su pesar, por una quemadura grave en una pierna, pasaría en total cuarenta y cinco días en España, dejando unas pocas notas de un ‘Diario de España’, escritas en un cuaderno Moleskine.

A la muerte de Bernanos, se encontraría en su billetera una larga carta que Simone le había escrito diez años antes y que siempre había llevado con él. Tras leer ‘Los grandes cementerios bajo la luna’, Simone le contaba que «había tenido una experiencia semejante»: «Yo estuve en España, oigo y leo toda clase de reflexiones sobre ese país, pero, aparte de usted, no sé de nadie que se haya bañado en la atmósfera de la guerra españoles y haya resistido. Me siento incomparablemente más cerca de usted que de mis compañeros milicianos de Aragón». Una bellísima y estremecedora misiva que Adrien Bosc reproduce al completo y que bien podría haber sido escrita por el autor de ‘A sangre y fuego: Héroes, bestias y mártires de España’, Chaves Nogales. Pero entonces nadie estaba dispuesto a escucharlos.