CRÍTICA DE:
'La mirada fotográfica de Alberto García-Alix': El ojo que mira a los ojos en el CAAC
Sevilla
A Alberto García-Alix, grande entre los grandes, le lanzó el guante este museo sevillano de 'poner orden' en sus fondos fotográficos. Reto complicado que salva con nota
Lea otros textos de este autor
'Roquetas de mar' (1975), de Carlos Pérez Siquier
La colección del CAAC cuenta entre sus fondos con casi 5.000 obras, de las cuales unas 1.450 son registros fotográficos, no siempre unidos por el fuerte cordón umbilical que trazan unos criterios coleccionistas coherentes, más allá de aquellos que han sido cosidos ... por los intereses de las distintas direcciones y las exposiciones a lo largo del tiempo, la asunción de los depósitos heredados del desaparecido Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla (MACSE), las donaciones de artistas y los aportes de distintas campañas autonómicas de promoción y adquisición de arte contemporáneo y emergente (Iniciarte).
A este magma complejo se ha debido enfrentar Alberto García-Alix con la voluntad de hacer del palimpsesto virtud y de la heterogeneidad, un hilo conductor que alentase vibraciones, disonancias, concomitancias y, al fin, tendiese puentes dialógicos.
Se ha encontrado el comisario con varias trabas que, a juzgar por el resultado obtenido, ha sabido sortear cuando no transformar en valores positivos. El objetivo principal, dar a conocer una realidad apenas contemplada por el público, al menos en conjunto, ha redoblado la necesidad de forzar al máximo el número de obras presentes en la selección, lo que se ha topado con la complejidad del antiguo edificio cartujo. El ingenio ha permitido, gracias a ello, establecer unas sugestivas interacciones que una propuesta más monocorde y lineal no hubieran propiciado.
Transformación colorista
Las salas del Claustrón Norte, que quedan articuladas a ambos lados de un enorme pasillo central, entendido hasta ahora como ámbito de transición, ha sido transformado mediante el uso del color y la disposición en este de obras de primer orden, en ámbito transaccional y cálido eje vertebrador que rompe con la higiénica tiranía del cubo blanco. Mucho hay en esta táctica museográfica de la mirada íntima que nos quiere trasladar García-Alix.
Otro obstáculo, y no menor, suponía, al menos a priori, la heterogeneidad de los fondos, que finalmente revelaba el eclecticismo no sólo de los criterios de adquisición a lo largo de los años, sino también de la multiplicidad de puntos de fuga, miradas y lenguajes contenidos en el medio fotográfico español e internacional del último medio siglo. Ha sido esa, una diversidad no exenta de enorme y contrastada calidad, la identidad que se ha buscado para esta muestra colectiva con la selección, ordenación y disposición de las piezas que la conforman.
Más allá de haber desplegado las excepcionales 'Misawa' (1971) o 'Japan's Scenic Trio-Mutsumatsuhima' (1974), de Daido Moriyama, y haber vinculado obras emblemáticas en el eje antes comentado –'Self perfomance (I.L.M.)', de Jürgen Klauke frente a 'Aktionshose: Genitalpanik' (1969), de Valie Export, los retratos 'Concepción' y 'Diego' –ambos de 2006– del recientemente desaparecido Pierre Gonnord junto a 'A History of Sex (Antonio and Ulrike)' de Andrés Serrano; más allá de haber reservado el ámbito expositivo más amplio para exhibir, en un montaje orgánico, obras de los miembros del grupo AFAL (una visión que resulta reveladora de un mundo que no debe volver, pero de una historia social que fue inevitablemente nuestra); más allá de todo ello, la perspectiva del comisario establece relaciones tan propias como flexibles, tan pertinentes cuanto inesperadas. Tan permeables, que invitan al espectador a hacerse copartícipe del vicio (o virtud) de escrutar la mirada de los otros.
Hay lugar para revisar el examen arquitectónico emprendido por la fotografía, que durante la última década del siglo XX y la primera del XXI reinó en ferias y bienales, desde la sutil quietud de los objetivos de Candida Höfer o Francesco Jodice, hasta la mirada cáustica sobre los modelos estadounidenses de expansión urbana de Alex MacLean. Hay lugares para redescubrir la apabullante 'Neutral Density B' (2009), de Tillmans, la inquietante 'Las fascistas', de Cristina Lucas, las secuencias de Ana Laura Aláez o Carmela García o el gran fotomontaje 'La virtud demacrada' de la inclasificable y proteica María Cañas.
'La mirada fotográfica de Alberto García-Alix', un subtítulo que no podía haberse escogido mejor, depara, tal es la ambición de la propuesta, muchas oportunidades para el descubrimiento. Es posible sorprenderse con los interiores desnudos de una Sevilla desaparecida realizados por Roberto Luna entre 1979 y 1981 con la ayuda de la Beca de Arte Plásticas de la Fundación Juan March, antes incluso de finalizar sus estudios de arquitectura.
'Diversidad en la Colección del CAAC. La mirada fotográfica de Alberto García-Alix'
Colectiva. CAAC. Sevilla. Avda. Américo Vespuccio, s/n. Comisario: Alberto García-Alix. Hasta el 25 de mayo de 2025. Cuatro estrellas
O descubrir la figura del barcelonés Antonio Gálvez (1928-2021) y sus series de personalísimos 'fotocollages' –'La procesión', 'La justicia', 'El hambre…'–, realizados durante la década de los 70 en su forzado exilio parisino, herederos de una dicción surreal vernácula e irreverente. Y, también, fascinarse con la posibilidad de que nuevos ojos –los de un fotógrafo– desvelen sin prejuicios lo que otros una vez miraron y una vez sintieron.